Estudiantes 2 - Santamarina (Tandil) 1 - Copa Argentina 2014/2015

CON GOLES DEL DELANTERO, EL EQUIPO PLATENSE SUPERÓ 2-1 A SANTAMARINA POR LA COPA ARGENTINA

Carrillo, el responsable de la clasificación de Estudiantes

Al ganador le costó demostrar que hay una categoría de diferencia con su rival, el líder de la Primera B Nacional.

Parecía roto y se rearmó. Parecía afuera y terminó entrando. Estudiantes encontró en una ráfaga de Guido Carrillo -quizá en su último partido, ya que puede partir al Olympiakos, de Grecia- la clasificación para la siguiente fase de la Copa Argentina. Venció sobre la hora a Santamarina de Tandil y terminó festejando tras un recorrido de padecimientos.

Más allá del desenlace, el fútbol argentino, tan golpeado en varios rubros (el de la seguridad, el de su organización, el de sus vínculos con la FIFA), también permite estas cosas: que los olvidados, que los periféricos, que los sin mucho nombre se planten ante los habituales habitantes de la elite.

El territorio es esta Copa Argentina, espacio en el que la magia puede suceder un día cualquiera. Aconteció el día en el que Alianza de Moldes puso en la cornisa de la eliminación a Independiente, el Rey de Copas, ese gigante. River y Racing jugaron el miércoles ante Liniers de Bahía Blanca y frente a Independiente de Neuquén. Los rivales que se sacaban selfies en el vestuario de los famosos estuvieron a la altura de las circunstancias.

Anoche, bajo el cielo de Sarandí, una historia afín a esas recientes tuvo su lugar: Estudiantes, que aceptó el desafío como nueva prioridad tras su eliminación de la Libertadores, encontró muchas dificultades en el desarrollo del encuentro ante Santamarina, el líder del Nacional, ese equipo de Tandil que se está convirtiendo en uno de los grandes asombros de la temporada. A su modo y manera: sin grandes gastos, con prolijidad, con orden adentro y afuera del campo de juego. Sirve un dato para retratarlo: venía de perder apenas uno de sus últimos diez partidos.

Le costó al equipo platense demostrar que había una categoría de diferencia. Y sobre todo se le dificultó imponer la superioridad que sus nombres sugerían.

El primer tiempo fue parejo, cerrado, despojado de brillos. Santamarina tuvo una virtud: golpeó en un instante clave. Cuando el empate parecía la consecuencia razonable de ese primer tiempo, apareció el ágil Martín Michels para resolver con un remate preciso que sorprendió a Agustín Silva.

Desde entonces comenzó otro encuentro: Estudiantes hizo lo único que podía y debía hacer. Ir con todo. Y buscó a pesar de tropiezos y errores. Con centros, con maniobras individuales y con remates desde afuera. Le costó. Fue y chocó varias veces. Pero cuando quedaban apenas siete minutos, irrumpió en la escena Carrillo -su gran figura- y estableció el empate. Y cuando ya no le quedaba nada al partido, el mismo Carrillo -de cabeza- resolvió la historia. Estudiantes vive, sigue. Por su goleador...