Racing 2 - Wanderers (Uruguay) 1 - Copa Libertadores 2015

SE CLASIFICÓ PARA CUARTOS DE FINAL

Racing tiene poder de fuego y hace que todo sea posible

Manejó a la perfección el contraataque y así llegaron los goles de Camacho y Bou en el primer tiempo.

Baratísimo. Le ha costado a Racing el acceso a cuartos de final, tras dos partidos en los que durante varios segmentos, tanto en la ida cuanto en el desquite, jugó apenas regular frente a un rival mediopelo como Wanderers, que está ubicado en el penúltimo puesto del campeonato de Uruguay, a 11 unidades de del puntero Peñarol.

La Academia, con mínima inversión en la fase de grupos y en el primer cruce mano a mano, ya está en cuartos, donde se cruzará con Guaraní, equipo paraguayo al que ya venció 4-1 en Avellaneda y cayó 2-0 en Asunción durante la etapa clasificatoria previa al ordenamiento de 16avos de final. Mientras por Avellaneda las ilusiones cuelgan de las nubes más altas, cuatro equipos argentinos (dos de los grandes, Huracán y Estudiantes) ya quedaron en la banquina.

Complicadísimo. Pintó para el local el primer cuarto de hora, donde Wanderers presionó con la pelota, hundió a Videla y Cerro contra la línea de cuatro, atacó con el espíritu propio de los que quieren ganar y metió dos situaciones de peligro con un inquietante disparo de Rodríguez y un cabezazo del mismo atacante que encontró, como es habitual, bien ubicado a Saja.

Sin quererlo, Racing se fue acomodando a lo que mejor le sale: el contraataque. Es que con el oficio más el concepto de Milito para jugar e ir a los espacios, la confianza de Bou para resolver los uno contra uno y la velocidad de llegada de Camacho, los de Cocca siempre encuentran una puertita abierta cuando el rival lo va a buscar.

Picantísimos. Están los que se visten de celeste y blanco cuando van para el arco de enfrente. Esa gente lo confirmó en el gol de apertura, donde Milito fabricó una alhaja donde había un pedazo de hierro. Por supuesto que del engarce se encargó Camacho, pero la maniobra en el lateral derecho del ídolo racinguista está para editar y copiar para luego repartir entre todos los delanteros de las divisiones inferiores.

Exactamente lo mismo hizo Bou, cerca del final de la primera etapa, aunque para la oportunidad hubo música y letra del mismo ejecutante. El delantero desarrollado por River pintó a Silva en el movimiento previo a liquidar a Burian y sentenciar la clasificación. El triunfo pudo transformarse en goleada si Brian Fernández le hubiera errado al arquero -su disparo salió recto a las manos del guardavallas- luego de que Bou lo asistiera con idéntica generosidad con que Milito lo había hecho con Camacho.

Esperanzadísima. Está la mitad blanquiceleste de Avellaneda. Más por los resultados que por el juego desarrollado en este suave otoño. Mientras se aguarda que Videla sea capaz de volver a ser una bandera plantada en el círculo central, cuando crece la confianza de que la dupla Lollo-Cabral vuelve a ser la pareja infranqueable del equipo campeón, al tiempo que se descuenta que Saja es un arquero para ganar en cualquier cancha y que con Milito más Bou sobran goles para cualquier hazaña, Racing se metió en los cuartos de final. Y como no es verdad que para ser campeón hay que ganarles a todos sino solamente a los se crucen en el camino, el próxima escollo es Guaraní. Y la verdad, que el boleto para las semifinales lejos está de parecerse a una utopía.