Cruzeiro (Brasil) 0 - River 3 - Copa Libertadores 2015
CON UN FESTIVAL DE FÚTBOL Y GOLES, ECHÓ AL CRUZEIRO EN BRASIL
Goleada y hazaña de River en el Mineirao
Se metió en semifinales de la Libertadores con un contundente 3-0 sobre Cruzeiro. El equipo de Gallardo dominó de principio a fin, con un Teo Gutiérrez imparable. Sánchez, Maidana y el propio colombiano, los goleadores.Esas 2.500 almas que tienen la banda cruzada al pecho son las únicas que se escuchan en la inmensidad del Mineirao. En ese codo hay delirio. Y entonan un repertorio de canciones que atronan, aquí, en el estadio del histórico 7-1 de Alemania sobre Brasil, donde River reescribe su propia historia. Es una reivindicación para el club de Núñez la que ofrece este plantel de Marcelo Gallardo desde la cancha. Un plantel que en el último año viene saldando deudas históricas y anoche pagó una más. Rompió en mil pedazos a esa bestia negra llamada Cruzeiro, al que le ganó por primera vez en su estadio y por primera vez también eliminó en un mano a mano.
Perfecto. Ideal. Inmejorable. Todos términos que califican el primer tiempo, por lejos lo mejor del primer semestre del año. Colectiva e individualmente, el equipo de Gallardo desplegó en el Mineirao un juego que hace bastante tiempo no puede desarrollar en el Monumental.
Habrá, de acuerdo con conceptos relacionado con la justicia, que darle mérito al plan pergeñado por el entrenador y su cuerpo técnico. Probablemente el Muñeco desmenuzó tanto al Cruzeiro que logró, desde el primer minuto, que el partido se jugara en el escenario táctico que quiso el equipo argentino.
En la columna de los aciertos planos hay que subrayar la inclusión del zurdo Rojas para jugar mano a mano, allá arriba, con Mayke. Idéntica tarea -además, con un golazo clave- cumplió el uruguayo Sánchez, que arrancó y siguió convencido de que a Mena había que ahogarlo en el nacimiento mismo de la jugada. Ponzio, algo más adelantado, y Kranevitter compusieron un doble cinco impecable, tanto para cortar en el uno contra uno como para interceptar la reacción del conjunto de Belo Horizonte.
Y Teo Gutiérrez, eh. Envasado en su mejor versión, el colombiano asistió a Sánchez para el 1-0, dejó mano a mano a Ponzio con el arquero y jugó con criterio cada pelota que pasó por su pies.
Excepción hecha de un par de desencuentros entre Maidana y Funes Mori, que igualmente no terminaron en sobresaltos para Barovero, River cerró la primera mitad como también le gusta a Gallardo: atento y certero hasta en los detalles. Y como al DT le gusta que los movimientos con pelota detenida rindan frutos, cuando el colombiano Roldán estaba por marcar el final de la etapa inicial, con Rojas como lanzador y Maidana en el rol de definidor -entre ambos hubo una cortina decisiva- el zaguero central, de cabeza, acercó a las semifinales a su equipo.
Marcelo Oliveira, el entrenador de Cruzeiro, recurrió a Gabriel Xavier para dotar a su estructura de algo más de pimienta en el último cuarto de cancha. Su decisión, su ilusión y su proyecto duró escasos media docena de minutos. Porque Gutiérrez estaba decidido a ser protagonista principal de una noche inolvidable y le puso al partido el sello de un jugador imprevisible. Como lo es siempre, en las buenas y en las malas. Porque transformó un ataque común en gol, en goleada y en clasificación a la siguiente ronda de la Copa. Pintó a Bruno Rodrigo con un finísimo enganche de derecha y transformó al arquero Fabio en un elemento decorativo.
La lesión de Mercado permitió el ingreso de Pezzella para que Maidana se transformara en lateral derecho. River se tiró atrás, jugó con la cabeza apuntando al reloj, como espiando cuánto faltaba para que cayera el telón y Cruzeiro aprovechó para realizar el último esfuerzo e impactar dos pelotas contras los palos de Barovero.
Ni un poco enturbia este lapso la obra edificada en el 75% del tiempo anterior. Una obra maestra.