San Pablo (Brasil) 1 - San Lorenzo 0 - Copa Libertadores 2015
LA DERROTA EN BRASIL DEJÓ SIN MUCHO MARGEN DE ERROR AL EQUIPO DE BAUZA
Tenía el punto y San Lorenzo se quedó sin nada
Cuando parecía que lograba el empate en el Morumbí, San Pablo se lo ganó en el minuto 89. Ahora, el último campeón quedó complicado.Se terminó el aura de Lorenzo ante los equipos brasileños. Cuando parecía que volvía a Buenos Aires con un punto dorado, en un estadio donde los argentinos suelen ser víctimas de San Pablo, el campeón de América se quedó vacío en el último suspiro. Y terminó como empezó el partido, sacudido por un cabezazo de Michel Bastos. Esta vez, la pelota no pegó en el palo, como sucedió a los 35 segundos. Llegó el centro de Carlinhos desde la izquierda y el ex atacante de la Roma hundió la pelota en el arco de Sebastián Torrico y le clavó un puñal a ese grupo de hinchas que desafiaron la distancia.
Fue un golpe duro para un equipo que se había sostenido en sus caudillos, que había aguantado en el segundo tiempo, cuando San Pablo fue por todo. Y hasta pudo haberlo ganado, de no ser por esa masita de Pitu Barrientos, que en el corazón del área, remató a las manos de Rogerio Ceni. Ahora, deberá ganar o ganar ante los paulistas, el 1° de abril, en el Nuevo Gasómetro, o verá muy complicada su clasificación a los octavos de final.
De entrada, nomás, San Pablo le hizo sentir el rigor de su localía a San Lorenzo. Alexandre Pato se filtró por la derecha y mandó un centro atrás que Bastos cabeceó al poste derecho de Torrico. Esa jugada tuvo consecuencias en el futuro del partido. Porque el ex delantero del Milan se lesionó en el tobillo derecho. Pudo aguantar 17 minutos hasta que dijo basta.
En ese lapso, San Pablo acorraló a San Lorenzo en su campo. Con toques de primera, velocidad, precisión, movilidad de todos sus mediocampistas, trancisiones rápidas y Luis Fabiano pivoteando. Sin embargo, todo lo bueno que generaban los brasileños se diluía cuando en los metros finales fluían centros que facilitaban la tarea de los marcadores centrales rivales.
En ese sentido, Mario Yepes fue un líder defensivo. No sólo porque se impuso en el juego aéreo; también, porque ordenó a sus compañeros y hasta impulsó a la última línea a jugar unos metros más adelante. Fue justo en el momento en el que empezó a mermar el dominio de San Pablo, ya sin la presencia de Pato y con el ingreso de Ricardo Centurión, ex Racing.
Apoyado, entonces, en la experiencia de Yepes y de Néstor Ortigoza, San Lorenzo comenzó a prevalecer. Se nota que el paraguayo es un jugador que no se deja amedrentar por el ambiente. Y lo anuló a Ganso, que no pudo progresar en su zona de influencia. Otro punto alto fue Julio Buffarini, con su ida y vuelta por derecha.
Y a la hora de hacer un balance del primer tiempo, más allá de ese sometimiento inicial de San Pablo y el cabezazo de Bastos en el palo, las situaciones más claras estuvieron en los pies de los jugadores de San Lorenzo. Basta con repasar algunas de las jugadas de los primeros cuarenta y cinco minutos: un disparo cruzado de Mussis que tapó Rogerio Ceni; un cabezazo de Matías Caruzzo que se fue apenas desviado y un contraataque que no terminó en gol de Martín Cauteruccio porque Emmanuel Mas se excedió con la potencia de un centro en su desborde. Muricy Ramalho volaba de bronca. “¡Toca bola! ¡Toca bola!”, le gritaba a Denilson. Pero el ex Arsenal de Inglaterra no encontraba los espacios.
En el segundo tiempo, San Lorenzo sintió la salida de Ortigoza, lesionado. Y San Pablo lo buscó con decisión. Enseguida, se filtró Carlinhos por la raya, pero Torrico -apareciendo en los momentos difíciles como en la Copa pasada- tapó su disparo. Y un rato después, Centurión ejecutó un córner desde la derecha, Luis Fabiano saltó por encima de todos y su cabezazo pegó en el palo. Como Bastos en el primer tiempo, tampoco pudo el Fabuloso. Sin embargo, la jugada más polémica se gestó un segundo después, cuando el propio Luis Fabiano penetró en el área de Torrico, remató cruzado y Centurión, por detrás de Julio Buffarini, convirtió. El juez Wilmer Roldán cobró posición adelantada. Un error, a fin de cuentas, porque habilitaba el cordobés.
Luego de tambalear, San Lorenzo mejoró con el ingreso de Romagnoli, que le marcó el camino a sus compañeros. Lo perdió Barrientos. Y lo pagó con el gol de Bastos que lo dejó entre incertidumbres.