Cruzeiro (Brasil) 0 - Huracán 0 - Copa Libertadores 2015
FUE 0-0 EN EL MINEIRAO DE BELO HORIZONTE
Huracán controló a Cruzeiro y consiguió un valioso empate
El equipo de Apuzzo casi no atacó, pero le cerró todos los caminos a un rival que no tuvo ideas ni contundencia.El Mineirao no fue un fantasma feroz para Huracán. Cruzeiro -el mejor equipo de Brasil- no pudo contra el Globo de Newbery. Tras un partido arduo, bravo, con más lucha que encantos, empataron sin goles en la segunda fecha del Grupo 3 de la Libertadores. Al cabo, los silbidos de buena parte del estadio fueron un síntoma: los provocó el equipo de Apuzzo.
No era una cita más para Huracán. Se trataba de un reencuentro con su deseo de volver a ser, de estar ahí, en los grandes escenarios. El Mineirao, el traje para viajar, las Doce Estrellas en la camiseta paseando por América, el bicampeón de Brasil enfrente. Había que estar a la altura de eso. A pesar de todo (lesiones de futbolistas fundamentales como el arquero Marcos Díaz o como el Supersónico Espinoza) y de todos (un ambiente bravo en territorio de la Pentacampeones).
El primer tiempo ofreció un partido previsible en términos de búsquedas. Con un Cruzeiro dueño de la pelota y con un Huracán pensado para defender en pocos metros y para apostar al contraataque. Así, sin embargo, el encuentro -salvo un par de notables tapadas del arquero Giordano- no mostró grandes situaciones de peligro. A los de Parque de los Patricios les costó mantener la pelota en su poder. Porque Torassa estuvo impreciso; porque Toranzo no fue el Pato crack inolvidable de aquel estreno en Lima; porque Romero Gamarra no pudo ser el mágico Kaku de tantas tardes en La Quemita. En síntesis, los recursos de Huracán quedaron limitadísimos. O algún pelotazo a Abila o la aventura de alguna pelota detenida que el Azulao jamás concedió cerca del área.
En ese tramo, Cruzeiro fue más sugerencia que ejecución. Le costó llegar, incluso a pesar de que Huracán se paró demasiado cerca del arco de Giordano. Salvo un par de apariciones del siempre intenso Damiao jamás logró desnivelar a ese Huracán que ofrecía a diez futbolistas detrás de la línea de la pelota. Queda una impresión: este Huracán de 2015 le rinde más homenaje al apellido italiano de su entrenador Apuzzo que a los postulados de su historia asociada a ese juego que alguna vez se llamó La Nuestra. No es un juicio de valor. Se trata de una descripción de estos días de austeridad.
No cambió demasiado el segundo tiempo en cuanto a las actitudes. Huracán siguió pensando el partido en función de cobijar el cero en su arco. Cruzeiro siguió yendo tras los pasos del gol que le diera la victoria. Pero le costó mucho al equipo local desequilibrar. De hecho, lo mejor que ofreció el campeón de Brasil en términos ofensivos estuvo vinculado con ese último tramo del encuentro en el que Huracán retrocedió demasiado. Y se paró peligrosamente cerca de su propio arquero. En ese lapso, Damiao generó la más clara, con una estupenda definición desde afuera del área que pegó en el ángulo superior izquierdo. Sin embargo, Huracán terminó aguantando. Y celebrando un punto que, claro, suma y mucho. En la tabla del Grupo 3. Y en el ánimo, sobre todo.