San José (Bolivia) 2 - River 0 - Copa Libertadores 2015

EN BOLIVIA, CAYÓ 2-0 FRENTE A SAN JOSÉ, A 4 MIL METROS

River estuvo a la altura, pero se quedó sin nada

En Oruro, a 4060 metros sobre el nivel del mar, tenía todo controlado ante San José, pero en los diez minutos finales falló Barovero y cayó 0-2.

Cuando parecía que River rescataría un punto del cielo de Oruro, en una jugada aislada que terminó con un cabezazo del paraguayo Orué y con excepcional tiro libre lanzado por Valverde, el campeón de la Sudamericana y de la Recopa se quedó con las manos vacías y también resignó el invicto a nivel internacional del exitoso ciclo encabezado por Marcelo Gallardo. A pesar del disgusto que significa regresar de Bolivia con las manos vacías, el equipo de Núñez rindió físicamente mucho mejor de lo esperado pero chocó contra la derrota en los 10 minutos finales.

Porque respetó los 4.060 metros sobre el nivel del mar donde se desarrollaría el partido, Gallardo armó una defensa con cuatro zaguero centrales (Mercado, Maidana, Pezzella y Balanta) y por primera vez en su fructífero proceso dispuso que el equipo atacara con un solo delantero, el uruguayo Mora. Pero con Pisculichi más el Pity Martínez por detrás de la única punta, la idea fue jugar un partido de control de pelota, sin apuros, con abundancia de pase y lo más lejos posible de Barovero.

Así las cosas del pizarrón a la cancha, River sufrió un poco en los cinco primeros minutos, cuando Orué, ex Douglas Haig, anticipó a Balanta y de zurda la tiró afuera. River empezó a crecer con el enorme esfuerzo de Ponzio en la mitad de la cancha y la solidez, sobre todo en las pelota aéreas, de la pareja de defensores centrales compuesta por Maidana y Pezzella. Si bien el equipo argentino sufrió con un cabezazo de Ojeda que se escapó por arriba, en la fantasía de Martínez tuvo dos chances en un minuto: primero, con enganche, gambeta y derechazo que se fue por arriba. Después, por un zurdazo desde fuera del área que no salió tan lejos.

En la segunda mitad hubo más serenidad para los dirigidos por Gallardo. Con Ponzio como bandera, más el esfuerzo de Sánchez, los músculos frescos de Solari -reemplazó a Pisculichi- y la confianza en alza de todo el equipo que creía en que el objetivo de embolsar un punto no estaba tan lejano. Cada vez ganaba más fuerza la sensación de que en cualquier momento llegaba el golpe de River en la altura.

Es que el equipo de Altiplano estaba maniatado y los caminos hacia Barovero seguían bloqueados. Al atacante argentino Bustamante no le quedaba ni una con ventaja y Orué, muy voluntarioso, buscaba por los costados pero no encontraba el resquicio por el sector custodiado por Mercado ni por donde defendía Urribarri, que entró por Pezzella para que Balanta se convirtiera en segundo central.

Luego de que se lo perdiera Orué, River tuvo la última chance de transformar el negocio del puntito en la proeza de una victoria. Sin embargo, Lampe bloqueó un bombazo recto de Mora. Queda la duda sobre qué hubiera sucedido si el uruguayo hubiese podido direccionar su disparo.

Hasta que el partido entró en los 10 minutos finales. Y allí cambió la historia que antes se insinuaba favorable a River. Todo, de repente, se modificó. San José se encontró con un histórico triunfo. Primero, rompió el empate con un cabezazo de Orué entrando por el segundo palo, tras un centro bombeado desde la izquierda que Barovero manoteó en forma leve, una reacción que no sirvió para desviar el trayecto de la pelota. Después, llegó ese tiro libre de Valverde que dejó sin ningún tipo de reacción a Barovero.

Esos dos impactos mandaron a River al rincón de la derrota, mientras que en el estadio se encendió la fiesta por un éxito que ya forma parte de las mejores páginas de la historia deportiva del equipo equipo boliviano.