Independiente 0 - Racing 2 - Copa Ciudad de Avellaneda 2015
VENCIÓ CLARAMENTE EN MAR DEL PLATA A INDEPENDIENTE Y CELEBRÓ
Racing, una fiesta en celeste y blanco
El último campeón del fútbol local ganó con amplitud el choque clásico con un juego sólido y la potencia de sus delanteros, Bou y Diego Milito. Ambos hicieron los goles ante un rival que tuvo a cuatro refuerzos en cancha, pero pocas mejoras en su rendimiento colectivo.Racing sigue de fiesta. No quiere parar la celebración de su reciente campeonato. Anoche, aquí en Mar del Plata, levantó otra copa para brindar una vez más y estirar así ese estado de algarabía que no está dispuesto a abandonar. Se dio otro gusto de los lindos el equipo de Diego Cocca. Esta vez se quedó con el clásico de Avellaneda en el cierre de la temporada veraniega. Fue el broche de oro ante un Independiente sin respuestas.
Entre dos equipos que juegan a jugar, como en la actualidad son Racing e Independiente, el que invariablemente sale ganando es el espectador. Y en ese primer tiempo, tanto la formación que conduce Cocca cuanto que todavía está diseñando Jorge Almirón tuvieron algo en común: le apuntaron al arco de enfrente, más allá de las singularidades tácticas de cada conjunto.
Puestos a generar fútbol de ataque, ahí aparecieron las actuales diferencias entre el actual campeón del fútbol argentino -sólo faltó Centurión respecto de la formación que se coronó frente a Godoy Cruz- y su vecino de barrio, que anoche presentó juntas a cuatro de sus incorporaciones (Papa, Aquino, Martín Rodríguez y Albertengo).
A Racing la pelota le sigue corriendo muy bien a partir de Videla, otra vez en plenitud y caudillo como siempre. Como Gastón Díaz paso y respalda a los de arriba mientras que Acuña no tiene la explosión de Centurión pero es marcadamente prolijo con el balón, la Academia continúa sosteniendo las virtudes en la gestación que Milito y Bou se encargan de concretar en la red.
Mientras tanto, el Rojo volvió a la defensa de cinco integrantes, movió a Mancuello de volantes izquierdo y estrenó a Pisano más cerca del arquero oponente, de segunda punta y como acompañante de Albertengo.
Al encuentro no le faltaron tampoco situaciones de gol. Milito apareció descuidado y eligió mal el último pase, Saja manoteó un tiro libre de Mancuello, Pisano desvió su zurdazo por arriba, Figal hizo un pase horrible a su arquero y Milito no encontró el arco y el Ruso Rodríguez cortó justo una pelota que buscaba a Milito para el 1-0. Hasta que Racing tradujo en el marcador la supremacía que estaba estableciendo en el campo. Por la redituable senda del aprovechamiento total de la pelota quieta, juntando a un lanzador como Acuña, un receptor virtuoso como Bou -la gambeta a Figal fue memorabley un definidor confiable como Milito.
Desde el vértice del resultado, el clásico tuvo una pronta resolución en la etapa complementaria. Los delanteros racinguistas se juntaron en movimiento que pudo ser festejo de Milito pero que concluyó en un inquietante zurdazo cruzado de Bou que se hizo imparable para el Ruso Rodríguez.
Como convencidos de que el asunto estaba resuelto, ambos entrenadores dispararon una sucesión de variantes que afectaron la calidad del espectáculo. Simultáneamente, Coca y Almirón tomaron decisiones para el futuro cercano y probaron individualidades a las que deberán recurrir por diferentes cuestiones como lesiones, suspensiones o rendimiento deficitarios.
Mar del Plata fue testigo de lo que a 400 kilómetros de distancia sucede en Avellaneda. Mientras uno de los vecinos disfruta a un equipo campeón, rodado y aceitado, el de la vereda de enfrente espera que las valiosas individualidades que ha incorporado empiecen a dar dividendos. Lo que nadie discute es que este verano de 2015 sigue pintado de celeste y blanco, igual que terminó el año pasado.