Huracán 2 - Mineros (Venezuela) 2 - Copa Libertadores 2015
EN EL PRIMER TIEMPO NO TUVO CONTUNDENCIA Y AL FINAL PUDO HABERLO PERDIDO
Dos caras para un empate
Hubo fiesta en las tribunas pero el equipo decepcionó. Se desgarró Díaz y Montenegro debutó con brillos.
Esta vez, a diferencia de ocasiones recientes, no aprovechó sus buenos momentos en el partido. Careció de contundencia, de precisión en el área ajena. Hubo otro detalle negativo y relevante: sus jugadores dispuestos para la creación no estuvieron a la altura de la expectativa. Lo de Torassa ya no admite la titularidad. Lo de Toranzo -crack de 10 puntos en el estupendo debut en Lima- ya preocupa: lleva tres partidos consecutivos jugando mal. Y lo de Romero Gamarra -generoso en el despliegue- se pierde en las intermitencias. Así, la voluntad y la capacidad de Wanchope Abila quedan aisladas allá arriba, entre varios defensores rivales.
Ayer, ya en la última media hora, se notó que el arribo de Daniel Montenegro configura un acierto. Con él, más allá de cierta descompensación defensiva (por la salida del lateral izquierdo Balbi), Huracán fue más peligroso, más profundo. Y mucho tuvo que ver Rolfi - el 30 de Huracán- en esa situación. Pegó un tiro en el travesaño, fue impecable en el manejo de la pelota y muy vivo en ese tramo final para construir un penal que concedió el flojísimo árbitro colombiano Vélez.
De todos modos, más allá del resultado, Huracán ofreció dudas: no se siente cómodo cuando tiene que ir a buscar y se ve obligado a dejar espacios atrás de sus defensores. Los dos delanteros de Mineros -hábiles, rápidos, astutos- complicaron invariablemente. Richard Blanco y Zamir Valoyes (autor de los dos goles, uno de tiro libre y el otro de un penal que todavía se discute en la cancha) pasaron de desconocidos a pesadillas.
Sin embargo, no fue ese otro aspecto preocupante. La lesión de Marcos Díaz (desgarro en el gemelo izquierdo) es una herida de todo Huracán. El arquero, ya superhéroe para los hinchas, estará tres semanas sin atajar. Sin embargo, la buena actuación de Matías Giordano alivianó la pena. El será quien se haga cargo del arco en la visita de la semana próxima al Mineirao para enfrentar a Cruzeiro. Y también él -como Apuzzo y como cada quemero- lo sabe: la Libertadores no será un camino de rosas.