Gimnasia 0 - Estudiantes 0 - Copa Sudamericana 2014
EL PRIMER CLÁSICO PLATENSE INTERNACIONAL ESTUVO LLENO DE PRECAUCIONES Y TERMINÓ SIN GOLES
El miedo aplastó al juego
Gimnasia, pensando en la revancha, priorizó mantener su arco en cero. Y Estudiantes nunca arriesgó a fondo
Opaco, deslucido, sin emociones. Los calificativos podrían ser muchos y redundantes. Gimnasia y Estudiantes empataron 0- 0 en el partido de ida por la Copa Sudamericana. El primer clásico de la historia por competiciones internacionales se quedó en la nada misma; y el espectáculo, en una deuda que se pagará el martes 16, cuando en el estadio Unico se dispute la revancha.Gimnasia y Estudiantes jugaron el partido sin jugarlo. Fue un duelo absolutamente evitable, porque ninguno de los dos intentó; ambos dejaron correr el tiempo. La sonrisa con la que Pedro Troglio salió a dar la conferencia de prensa tras el empate es un claro síntoma; Pellegrino también se conformó con la paridad. Así, fueron 90 minutos de desprecio total al juego. Porque el local se replegó y le regaló la pelota y el espacio al rival: la idea de Troglio era no recibir goles en el Bosque. Y Estudiantes no se animó o no se lo propuso.
Gimnasia sorprendió con su timidez. Los equipos de Troglio suelen ser ofensivos a la hora de presionar y salir de contra. Pero ayer el Lobo mostró una pobre cara nueva. Y como si fuera un castigo divino de algún supremo, los intérpretes tuvieron una tarde para el olvido. Los Fernández del medio perdieron más de lo que ganaron; Licht y Oreja erraron cada vez que superaron la mitad de la cancha; y Vegetti falló la única clara: cuando se moría el partido, la tiró por arriba apurado por el seguro Desábato. El libreto era aguantar el cero (sabiendo que un gol de visitante en la revancha obligará a Estudiantes a ganar) y el equipo aguantó.
Estudiantes se puede arrepentir y mucho de no haber ganado este partido. Si aceleraba, lo ganaba. Pero no se animó a buscar con más gente Pellegrino, quizás pensando en que el Unico es un estadio que le sienta bien al Pincha. Al buen segundo tiempo de Román Martínez (el mejor en la mediocridad), le faltó compañía. Aunque abusó de los pelotazos o centros a los delanteros, Estudiantes cuando apuró preocupó a Gimnasia. Casi festeja Carrillo con un cabezazo apenas desviado. Nada más.
El empate conformó a los dos. El tiempo dirá a quién le sirvió.