Racing 1 - San Martín (SJ) 0 - 16avos de final - Copa Argentina 2013/14
LE GANÓ POR LA MÍNIMA DIFERENCIA A SAN MARTÍN DE SAN JUAN CON PASAJES DE BUEN FÚTBOL EN EL SEGUNDO TIEMPO
El estreno del Racing de Cocca fue para ilusionar
Con seis de los refuerzos, jugó mejor que los sanjuaninos y logró el pasaje a octavos de final. Espera Argentinos.De ilusiones vive el hincha de Racing. Esas que, en los millones de corazones académicos, crecen a niveles insospechados y sin términos medios en cada comienzo de campeonato y que, generalmente, terminan transformándose en decepción.
Pero esta vez la historia promete ser diferente. Porque hubo borrón y cuenta nueva en el plantel y al menos el arranque fue esperanzador. Porque aquí en Cuyo, la Academia de los Diego (Cocca en el banco y Milito en la cancha) dio el primer paso con un triunfo justo y entregando algunas señales interesantes.
Si bien este San Martín de San Juan, también en formación, no parece ser una medida exacta para medir el nivel del equipo de Avellaneda, el triunfo por 1 a 0 y la clasificación a los octavos de final de la Copa Argentina, con lapsos de buen juego en el segundo tiempo, alimentan el sueño.
Después de una temporada para el olvido, Racing se preparó para ser protagonista en el próximo torneo. Para ello contrató en calidad y cantidad, en todas las líneas. Y la llegada de Cocca también marca, desde el estilo, un profundo cambio respecto a la era de Mostaza Merlo. El DT puso desde el arranque en San Luis a seis de los refuerzos y ninguno desentonó. El gol fue un ejemplo: pase profundo de Nicolás Sánchez, desborde y centro de otro ex Godoy Cruz como Leandro Grimi y preciso cabezazo de Marcos Acuña por encima de Luis Ardente.
El ex mediocampista de Ferro fue justamente el mejor de la cancha. Tras un primer tiempo demasiado flojo, al igual que el resto del equipo, levantó su nivel en la segunda etapa y fue imparable por la banda izquierda.
En ese sector, Racing tiene una riqueza inusual para el fútbol argentino. Porque en el banco esperaba nada menos que Ricardo Centurión, que regresó de su corto paso por Italia e ingresó en el complemento. Esos pocos minutos sirvieron para demostrar que la habilidad, la velocidad, la capacidad para enfurecer rivales y la cuota de egoísmo se mantienen intactas.
La defensa totalmente renovada no sufrió porque San Martín estuvo lejos de ser una real amenaza para Sebastián Saja. Los centrales, Luciano Lollo y Sánchez, estuvieron firmes en el juego aéreo aunque en el arranque del partido abusaron de los pelotazos y mostraron deficiencias al momento de salir jugando desde el fondo, una de las premisas de Cocca. Por la izquierda Grimi se sumó poco pero bien al ataque, como quedó demostrado en el tanto de Acuña.
En el mediocampo, Gastón Díaz intentó ser salida por el sector derecho. Ganó y perdió por igual, y formó un tándem que promete ser importante con Iván Pillud.
Pero la gran esperanza para los hinchas de Racing está puesta en el ídolo que regresó. En el nuevo capitán que lleva la 22 en la espalda y tuvo ayer su reencuentro con los colores que más ama. Milito fue ovacionado desde que salió a precalentar hasta que fue sustituido en el segundo tiempo. Y si bien no brilló, entregó pinceladas de su enorme talento. Como esa asistencia a Francisco Cerro, que desde el borde del área grande no acertó al arco. O ese pase que dejó a Centurión solo frente a Ardente, que el joven mediocampista desperdició por demorar en la definición. También buscó conectarse con Gabriel Hauche, su socio en la delantera, aunque pocas veces lo lograron.
En él se apoyan las ilusiones del nuevo Racing, que arrancó su sueño con el pie derecho. No es poco.