Gremio (Brasil) 1 (2) - San Lorenzo 1 (4) - Copa Libertadores 2014
EL ARQUERO CONTUVO DOS DISPAROS Y BUFFARINI SELLÓ LA SERIE
San Lorenzo pasó a cuartos por las manos santas de Torrico
En Porto Alegre, se impuso a Gremio 4-2 en los penales tras haber caído 1-0 en los 90 minutos (la ida fue 1-0 para los de Bauza). Cruzeiro será el próximo rival.Por esas manos santas de Torrico. Por esas atajadas celestiales que le dieron vida a San Lorenzo durante noventa minutos acechado por Gremio. Por esos guantes bien puestos a la hora de la verdad desde los doce pasos. No pudo nunca Barcos con el arquero mendocino. Al delantero argentino le tapó el primer remate. A Maxi Rodríguez, un uruguayo, le detuvo el segundo, con ayuda del travesaño. Bendecido por Dios, por el Papa y por todos esos fieles azulgranas que llegaron hasta Porto Alegre, Torrico le dio el pase al Ciclón a los cuartos de final de la Copa Libertadores, aquel que quedó sellado con el último tiro, el de Julio Buffarini. Fue el desenlace de una noche sufrida, aunque parece que en esta Copa, San Lorenzo está destinado a ser un mártir en la búsqueda de su postergado sueño continental. Ahora, jugará ante Cruzeiro, que le ganó a Cerro Porteño, 2 a 0 en Asunción.
Había dudas en la previa acerca del planteo de San Lorenzo en Porto Alegre. De acuerdo al discurso del 'Patón' Bauza y los futbolistas, la idea de cuidar el resultado conseguido en el Nuevo Gasómetro (había ganado 1 a 0 con gol Correa) cotizaba alto. Sin embargo, contra todos los pronósticos y las palabras de los propios jugadores, el equipo azulgrana salió decidido a meter presión en campo rival. Eso sí, duró pocos minutos. Y Gremio ganó terreno. A tal punto que, a los diez minutos, Buffarini se transformó en un héroe y salvó milagrosamente en la línea ese grito que parecía aflorar en la boca del delantero argentino del conjunto brasileño. Hernán Barcos quedó mano a mano con Torrico, la pinchó por encima de la cabeza del arquero y el lateral volante cordobés, que había quedado enganchado, se arrojó con alma y vida para silenciar esas tribunas cargadas de gaúchos.
Con inteligencia y habilidad, el "9" de Gremio complicó a Gentiletti y fue el arma más peligrosa de los brasileños. San Lorenzo contó con la firmeza del colombiano Valdés, cada vez más afianzado, controló las bandas y resistió en el mediocampo con el buen trabajo de Mercier.
San Lorenzo trató que el partido se jugara a su ritmo, pero no sin la posesión de la pelota, quedó a merced de Gremio. Y tampoco pudo aprovechar algunos espacios que dejó su rival atrás. Pudo haberlo logrado con una contra de Correa pero Villalba se demoró una eternidad en definir. Y Gremio contó con otra chance en los pies de Barcos, pero Torrico le puso el pecho a las balas. Terminó acorralado San Lorenzo porque se retrasó demasiado en el campo de juego, muy lejos de la postura que había mostrado en el arranque del partido.
Y en el segundo tiempo, directamente, se encomendó a las manos de Torrico. Hubo un gol anulado a Barcos por offside del delantero. Fue a instancias del asistente Tarán, porque Roberto Silvera lo había convalidado. Después, Barcos tuvo dos situaciones claras. Fallaron Gentiletti y Mas en el fondo y el disparo del delantero cordobés de Bell Ville fue tapado, una vez más, por el número uno mendocino. Y al ratito, un tiro libre de Dudú hizo escala en la cabeza de Barcos antes de explotar en el palo. Y enseguida, Torrico volvió a lucirse, en esta ocasión ante Dudú.
Se caía de maduro el gol de Gremio, que mejoró con los cambios. Y llegó nomás. En una jugada que perdió Piatti, que construyó Barcos y que definió Dudú, debajo del arco. Y llegaron los penales. Entonces, surgió la enorme figura de Torrico. Y celebró San Lorenzo.