Cruzeiro (Brasil) 1 - San Lorenzo 1 - Copa Libertadores 2014

CON PERSONALIDAD, EMPATÓ CON CRUZEIRO EN BELO HORIZONTE Y SALTÓ A SEMIFINALES EN LA COMPETENCIA QUE LO OBSESIONA

San Lorenzo y una lección de autoridad para soñar como nunca

Impuso condiciones de entrada en el Mineirao, ganaba con gol de Piatti y pudo liquidar la serie en el primer tiempo. No lo hizo, le empataron, expulsaron a Romagnoli y tuvo un rato de sufrimiento.

No fue un paso más en la búsqueda del gran sueño. No sólo significó la primera clasificación a las semifinales de la Copa Libertadores después de aquella lograda por los Camboyanos en 1988. Fue mucho más que todo eso.

Fue la consolidación de un equipo, de una idea. Fue la demostración de que San Lorenzo quiere este torneo y de que tiene, quizás como nunca, las herramientas y el convencimiento para conseguirla. Fue, en definitiva, una noche histórica en este Mineirao que pronto albergará sueños mundialistas, pero que anoche al menos cobijó anhelos con origen en Boedo.

El técnico argentino, antes del encuentro, le había reconocido a Clarín que, si quería evitar el sufrimiento que había padecido ante Gremio, no podían desaprovechar las ocasiones con las que contaran. Sus dirigidos parecieron entenderlo a la perfección. Porque la primera vez que los que ayer vistieron de blanco se acercaron a las inmediaciones de Fabio, marcaron un gol prácticamente decisivo. Fue Nacho Piatti, el hombre clave, ese as de espadas que a veces ingresa en extensos letargos pero que, cuando debió decir presente, lo suele hacer con creces. Su grito, el grito de los 1.500 hinchas que llegaron al estado de Minas Gerais, fue tan grande como el silencio de los 50 mil azules.

Y San Lorenzo justificó ese 2-0 en el global. Porque se paró con autoridad. Porque se acomodó en su mitad del campo, pero no lo hizo con la única meta de meterse con los 11 en el fondo y dejar todo en manos de Sebastián Torrico y compañía. Lo hizo para recortar espacios, para impedirle jugar a su rival. Y lo hizo mostrando sacrificio y despliegue, mostrando un cumplimiento absoluto de lo planificado y, sobre todo, demostrando que el grupo está convencido de que la Copa se juega así.

Cruzeiro acusó el golpe, no pudo nunca desequilibrar; jamás encontró a San Lorenzo mal parado con excepción de una ocasión en la que el boliviano Marcelo Moreno cabeceó desviado. La visita incluso pudo liquidarlo mucho antes, de no haber sido porque a Angel Correa le faltó la precisión y decisión que tuvieron sus compañeros. Fue, en ese sentido, un partido consagratorio para Néstor Ortigoza, aunque sobraron los puntos altos, como Sebastián Torrico, Santiago Gentiletti, Carlos Valdés, Emmanuel Mas y Tito Villalba, que tiene 19 años y jugó como si llevara la misma cantidad de tiempo como profesional. En síntesis, fue un partido a la altura de todos.

Hasta tuvo la cuota de suerte necesaria, San Lorenzo, en ese remate de Moreno, mano a mano con Torrico, que dio en ambos palos y que coqueteó con la línea de cal del arco del medocino. Marcelo Oliveira agotó los cambios, sacó a un Julio Baptista que llegó a este club, campeón brasileño de 2013, con toda su experiencia europea y que se fue anoche silbado por todo el estadio. Sin embargo, el gol de Bruno Rodrigo le dio esperanza a Cruzeiro y ese clima se volvió impresionante. Como si fuera poco, con el local colaboró un Romagnoli que, de mínima, tuvo poca viveza al entrar en un juego en el que San Lorenzo no se había visto inmiscuido.

Los de Oliveira encontraron en el sectorde Buffarini un camino en el que al ex Ferro le costó muchísimo y, con 10, todo se hizo cuesta arriba. El claro dominador hasta entonces pasó a ser dominado y pasó varios sobresaltos. Sin embargo, aquel grito de Piatti y la resistencia del resto fue suficiente. San Lorenzo se metió en otra semifinal y esta vez está dispuesto a llegar a la última instancia por primera vez. Para hacer historia.