Lanús 2 - Deportivo Cali (Colombia) 0 - Copa Libertadores 2014
EL EQUIPO DE BARROS SCHELOTTO NECESITABA GANAR Y LO DEFINIÓ EN EL ARRANQUE DEL PARTIDO
Lanús revivió sus chances coperas en cuatro minutos
Pereyra Díaz y Velázquez pegaron de entrada y Goltz erró un penal al final. El jueves recibe a Cerro Porteño
Hay pulso. Respira. Tiene vida Lanús todavía en esta Copa Libertadores. Porque anoche en su estadio hizo lo que tenía que hacer para continuar latiendo en esta competencia internacional: ganarle a Deportivo Cali. A partir de dos pelotas quietas y preparadas, los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto liquidaron a los colombianos en 4 minutos. El segundo fue un zurdazo desde 25 metros de Maximiliano Velázquez que sin dudas entrará en el ránking como uno de los mejores goles de 2014.El campeón de la última edición de la Copa Sudamericana estuvo lejos de justificar aquel logro continental en los primeros tres partidos de esta Copa. Con sólo un punto (producto de un empate en cero con O’Higgins), llegó a La Fortaleza a jugarle a un Deportivo Cali que este semestre apostó todas sus fichas a la Libertadores y descuidó la liga cafetera.
Salió decidido Lanús. Y tuvo la contundencia y ese toque de suerte de poder convertir en sus dos primeras y únicas llegadas de la primera parte. A los 2 minutos, Maxi Velázquez jugó un buscapié en un tiro libre para encontrar el anticipo perfecto de Jorge Pereyra Díaz para gritar con las piernas aún en frío. A los 4 minutos: de un tiro de esquina desde la derecha, Víctor Ayala tiró el pelotazo para la subida del mismo Velázquez, quien detonó una bomba con su botín izquierdo, un zurdazo que bajó como un misíl y dejó estático al experimentado Faryd Mondragón. Pensadas y bien ejecutadas, al Mellizo las pelotas paradas le dieron resultado en su cancha.
El conjunto colombiano no acusó sorpresa. Se olvidó rápido de su negro arranque y se hizo cargo de la pelota en la mitad del campo de juego, mientras el local se replegó para salir de contraataque. Con John Viáfara creciendo desde la derecha hacia el medio y con la ayuda de Gustavo Cuellar y de Christian Marrugo por la banda izquierda, la visita dominaba aunque sin crear situaciones claras. Hasta que falló Carlos Izquierdoz y apareció por primera vez Esteban Andrada para ahogarle el grito a Robin Ramírez, que definió débil con todo el arco de frente. El reemplazante de Agustín Marchesín (suspendido) tuvo otra intervención de lujo cuando le tapó un tiro a Yerson Candelo tras un buen desborde por la derecha.
Lanús contestó con Santiago Silva (luchador incansable en ataque y en defensa) en la única en la que Mondragón se pudo lucir. El fútbol del dueño de casa logró equilibrar un poco la pelea en el círculo central. Porque Viáfara desapareció y Somoza mejoró con el ingreso de Jorge Ortiz para reforzar la zona.
De todas maneras, más allá de algún remate sin destino de arco del visitante que nunca dejó de insistir, de un tiro libre (otro balón detenido) de Velázquez que Mondragón evitó con una volada que rememoró sus mejores tiempos en Independiente y de un penal que Paolo Goltz estrelló en el travesaño, el resultado quedó petrificado en ese 2-0 inicial.
Una victoria color granate que lo mantiene a Lanús con esperanzas de clasificación a los octavos de final. Claro que para ello deberá ganarle el jueves a Cerro Porteño en el Sur, y el 8 de abril a O’Higgins en Chile y, además, esperar otros resultados. Difícil, sí; pero ya no imposible.