Vélez 2 - La Equidad (Colombia) 1 - Copa Sudamericana 2013
ESTÁ EN LOS CUARTOS DE FINAL
Vélez consiguió lo que quería
Venció a La Equidad por 2 a 1 en Liniers, con goles de Pratto y de Zárate. Estuvo en desventaja y supo remontar.Sigue Vélez en la Sudamericana. Con más incertidumbre de la que se podía imaginar, pero con el peso de sus méritos, venció 2-1 a La Equidad y se ganó un lugar en los cuartos de final, donde enfrentará al ganador entre Ponte Preta y Deportivo Pasto. Comenzó perdiendo, lo dio vuelta con autoridad en el segundo tiempo y corroboró lo que se sospechada: Vélez era el candidato a pasar de ronda.
Ya se había percibido en el partido de ida, allá en la altura de Bogotá: entre Vélez y La Equidad existe una diferencia de jerarquía entre sus individualidades y también en aspectos colectivos. Aquel resultado (2-1 para el equipo de Liniers) había sido una consecuencia razonable. Lo que pasó bajo el cielo del Amalfitani no fue distinto en términos del juego. Porque desde el primero de los instantes, Vélez se mostró superior. Ya a los quince segundos, hubo un anuncio a través del mediocampista Canteros. Fue una muestra. Casi todas las llegadas más profundas del primer tiempo fueron patrimonio de los locales.
No es que Vélez ofreció brillos y jugó para el aplauso, es cierto. Pero se exhibió superior ante un rival desordenado en términos de su organización y desprolijo en la administración de la pelota. Pero es dinámico el fútbol incluso cuando todo parece estrictamente preestablecido. Ese Vélez que se asomó al gol en varios tramos, también padeció. Lo tuvo Canteros y el arquero Diego Novoa impidió el grito; también contó con dos oportunidades muy claras el hábil Mauro Zárate. Peo no. Faltó precisión en el área, allí donde los partidos se resuelven.
Y esa falta de contundencia lo puso en una absurda cornisa: la de su propia eliminación de esta Sudamericana. La Equidad, que poco o nada había hecho en el primer tiempo en términos de creatividad, armó una jugada impecable e inesperada y se puso en ventaja, ya sobre la hora de la mitad inicial. Emprendimiento colectivo, pase notable de Stalin Motta para José Moreno -aquel delantero ex Independiente- cabezazo por encima de Sebastián Sosa y sorpresa. No se podía creer: ese equipo que parecía roto e incapaz de complicar, de repente, construyó una jugada de asombro y quedó a apenas un gol de la clasificación.
Al cabo del entretiempo quedaban preguntas por responder: ¿podía ese gol inesperado dañar la sensación de superioridad? ¿Tenía el conjunto colombiano con qué animarse a más? Los primeros indicios fueron claros: el gol cambió el escenario sólo desde lo númerico. Vélez continuó siendo más, incluso a pesar de ciertas dificultades propias de su ansiedad. Hubo otro detalle que comenzó a marcar rumbos: a los 15 del segundo tiempo, por doble amonestación, se fue expulsado Darwin Andrade. Con once podía poco, con diez pudo menos.
Vélez trató de no complicarse y de no retroceder sin necesidad. Se continuó animando a manejar el partido, a tener la pelota. Y también fue tras los pasos de un gol que ofreciera cierto margen. Y ese gol llegó, centro desde la derecha de Fabián Cubero, cabezazo implacable de Lucas Pratto -goleador del equipo en el semestre- y empate. Quedaban veinte minutos para consolidar la clasificación.
Y tuvo solvencia y decisión el equipo de Ricardo Gareca para garantizar el pasaporte a la siguiente fase. Neutralizó al conjunto colombiano y para no sufrir en el epílogo, a falta de seis minutos, lo liquidó. Pase de mago de Canteros y definición de crack de Mauro Zárate para un 2-1 que mucho más tenía que ver con el potencial de cada uno de los rivales. Ya no había lugar para heroísmos deportivos de La Equidad, más allá de buenas voluntades. Era el tiempo de un Vélez que, otra vez, se sentía a gusto con su condición de protagonista.