Toluca (México) 3 - Boca 2 - Copa Libertadores 2013
CAYÓ 3 A 2 FRENTE A LOS MEXICANOS
Boca hizo poco de nuevo y trajo otra derrota de su viaje a Toluca
Estaba clasificado para los octavos de final, pero tuvo otro rendimiento decepcionante, con mucha debilidad defensiva y poca generación de juego. Quedó segundo en su grupo.Boca pasó por México con una sensación que no modifica el escenario incómodo. El equipo del Virrey continúa siendo un conjunto de voluntades a la deriva. Se recuerda una verdad reciente: Boca hizo un papelón en San Juan (ese 6-1 San Martín) a consecuencia de su juego deficiente. Se corrobora: el Boca que viajó al norte del continente no fue muy distinto más allá del resultado. En suma, en esencia: Boca no ofrece garantías en ningún rubro.Poco o nada se parece a aquellos equipos que el mismo Bianchi armaba y que mucho se parecían a un conjunto de futbolistas invencibles. Perdió Boca frente a Toluca. Pero sobre todo contra sí mismo. Y así, se quedó sin ese objetivo que fue a buscar, el de ser primero en el grupo. La sensación no es nueva: Boca, segundo del Grupo 1 al cabo, afrontará los octavos de final de la Libertadores subido a una cornisa de la que, parece, no sabe escapar para el lado que le conviene.
A los nueve minutos sucedió una escena parecida a la de los padecimientos del equipo en La Bombonera frente al mismo rival. Un pase en cortada, tras una salida rápida de la mitad de la cancha, aparición de Edgar Benítez por la izquierda, definición de zurda y definición para el 1-0. Gol y síntoma: el equipo tiene dificultades defensivas, sobre todo en las espaldas de los marcadores laterales. Algo más: Boca no aprendió a controlar a un futbolista que ya conocía, aquel que tantos inconvenientes había generado en el inicio de la Copa Libertadores.
Puede ser que Boca tenga problemas internos (alguna escenas bajo el cielo cuyano así lo corroboraron), puede ser que los 2.686 metros de Toluca también aporten dificultades; pero en definitiva el principal problema de Boca es el juego de Boca. Esa carencia. Y así lo volvió a demostrar en el Nemesio Diez Riega.
De todos modos, nunca hay que dar por derrotado a Boca. Ni siquiera ante su peor cara de vencido. Es así. Lo cuenta la historia. Y también alguno de los nombres que ahora forman parte del equipo. Por ahí anda Riquelme –el Román ídolo, el Román referente, el Román de la pegada más allá del tiempo– para enviar un centro al segundo palo, tan preciso, tan precioso, que sólo necesita de un cabezazo de circunstancia, a cargo de Leandro Somoza, para establecer el empate. Ya no le quedaba nada al primer tiempo. De hecho, ese instante sucedió ya en los retazos del descuento. Por eso lo que viene debe ser contemplado desde esta óptica: Boca puede sorprender incluso a pesar de sí mismo.
Ya en el segundo tiempo el desarrollo no fue distinto. Hubo un nuevo protagonista, quizá relevante: el cansancio de Boca. De a poco, Toluca fue creciendo y creyendo. Y miró a su rival y advirtió que los tropiezos que contaban su pasado reciente no eran otra cosa que su realidad más pura. Y se animó y lo buscó. De ese modo, a los 20 minutos, se puso en ventaja a través de esa palomita de Flavio Santos. El mismo protagonista de ese gol fue el que apareció para demostrar que Boca también tiene dificultades en el juego aéreo: también fue de cabeza su segundo gol, el tercero del equipo mexicano. ¿De quién fue la culpa? De todos. Nadie lo marcaba.
Un rato antes, a modo de destello sin éxito final, Boca hizo un golazo gracias a un derechazo de Guillermo Fernández (tras un pase atrás de Nicolás Blandi). Pero fue apenas eso: un aspecto estadístico en el contexto de un partido en el que volvió a demostrar que anda de golpe en golpe y con escasa capacidad de recuperación. No hay mucho margen, además: el torneo Final es una lejanía que ni da ganas mirar; la Copa es una obsesión que busca con recursos que no parecen suficientes. Así está Boca. También después de esta excursión sin alegrías por México.