Arabia Saudita 0 - 0 Argentina - Amistoso Internacional 2012
HÍBRIDO 0-0 CON ARABIA SAUDITA EN RIAD
La Selección y un empate que le dejó sabor a nada
Con escasísimo tiempo de preparación y con la ausencia de los lesionados, el equipo de Sabella prácticamente no tuvo fútbol. Ni siquiera Messi logró desnivelar a los árabes. Al final, hubo un claro penal a Agüero no cobrado.Ni siquiera Aladino, frotando aquella lámpara maravillosa, hubiera logrado que nuestro genio mostrara toda esa magia que suele desplegar cada semana con la camiseta de Barcelona. Podrían haber jugado mil y una noches Argentina y Arabia Saudita y el resultado hubiera sido el mismo, un cero grande como el desierto, un partido que debería haberse llevado una tormenta de arena. El cierre de este magnífico año de la Selección, al menos desde lo estrictamente numérico, no tuvo el broche esperado en la tierra del oro. Por ese fútbol vacío que ni siquiera pudo llenar Lionel Messi.Por esa colección de lesiones y contratiempos que invitan a la reflexión. ¿Vale la pena, más allá del jugoso cachet en dólares, jugar en este tipo de destinos tan lejanos como exóticos? “Caliente”, es la palabra que utilizó Messi para describir su estado de ánimo. Y Argentina, justamente, fue bastante de eso en el primer tiempo: un equipo fastidioso, con poco cambio de ritmo y cargado de imprecisiones.
Sorprendido e incómodo ante ese rival árabe que había sido humillado en España hace dos meses, que ya estaba afuera del Mundial y que hasta le marcó un gol, bien anulado. Sergio Romero, otra vez, fue el punto más alto.
Alejandro Sabella no quedó conforme. Y aunque observó en acción a Fabricio Coloccini, Tino Costa, Eduardo Salvio, Franco Di Santo y Augusto Fernández, parecen pocos minutos para sacar conclusiones. Entonces, este amistoso demasiado amistoso deja sabor a nada.
Ni siquiera el consuelo de la infracción del buen arquero Abdullah sobre Sergio Agüero que el árbitro Ali Hassan Abdulnari de Bahrein cobró fuera del área. Era penal, de Arabia a la China.
Esta claro que Fernando Gago es una pieza clave. Sin su pie diestro, Messi pierde un socio importante. Quizá por eso, Sabella buscó un futbolista más dúctil en el medio para tratar de reemplazar a la segunda guitarra de Leo. Pero no estuvo afinado Tino. Entonces, todo el juego que podía generar Argentina se desarrollaba por los costados.
Toto Salvio arrancó por la izquierda. Pero recién desequilibró cuando jugó con su perfil natural. Angel Di María tuvo una noche negra . Ese pelotazo a la tribuna, cuando se había consumido gran parte del segundo tiempo, fue todo un síntoma de su flojo rendimiento. No funcionó ni siquiera cuando se cerró en el segundo tiempo.
Porque Argentina cambió en la etapa final. Y aunque salió con otra actitud a encarar el partido, sólo Augusto Fernández pareció entender cómo superar a los árabes, que esta vez sólo se mostraron verdes por su vestimenta y no a la hora de manejar la pelota o defender en bloque, aprendiendo las enseñanzas de Frank Rijkaard, quien no por casualidad fue crack e hizo debutar a Messi hace ocho años.
Fue Augusto el que generó una de las situaciones más claras. Casi como un extremo más, le quemó los guantes a Abdullah. La otra, un mano a mano de Messi que detuvo el número uno local. Aunque Romero se destacó mucho más, porque tapó una pelota en el primer tiempo y tres en el segundo, cuando Arabia buscó de contra y encontró mal parada a la Selección, que sufrió por los desacoples de Zabaleta y algunas fallas en la cobertura de Mascherano. Los centrales, por su parte, estuvieron sólidos.
Por primera vez en 2012, la Selección no pudo gritar goles . Hace 10 partidos que no pasaba (0-1 con Venezuela). El período de contundencia se interrumpió a 12.868 kilómetros de casa. Una pena.