Argentina 3 - 0 Uruguay - Eliminatorias Brasil 2014
UNA ENORME DIFERENCIA ENTRE DOS NOTABLES DELANTERAS
Fuego (encendido) contra fuego (apagado)
Messi, Higuaín y Agüero les ganaron claramente a Cavani, Forlán y Suárez.
El clásico rioplatense tuvo fuego, mucho fuego, pero de un lado nomás. Del argentino, claro. El tridente de Sabella no decepcionó: desparramó en el Malvinas Argentinas las mismas cualidades que desparrama en España. El otro, el uruguayo, estuvo desconectado, aislado, no mostró su verdadero potencial. Ampliamente, en la tierra del buen vino y el sol, el triunfo fue de los atacantes argentinos.Fue una noche brillante la de Messi. Otra más. Buscó con las mejores intenciones al principio. Abrió el marcador con un gol de pescador, no tan impactante para los ojos, pero en definitiva esa punteada marcó el camino triunfal. Y cerró la cuenta como debía hacerlo, con un tiro libre exquisito, genial, sublime. Pero sus socios no desentonaron: Sergio Agüero convirtió el segundo gol y Gonzalo Higuaín esta vez participó más de la elaboración previa que de la puntada final.
Buscó por todos lados Argentina. Generalmente por abajo, con juego asociado, con velocidad y precisión. Con Messi arrancando desde atrás, cerquita de Fernando Gago, detrás de Agüero y Higuaín. El 10, especialmente en la primera parte, se vistió de asistidor. Pero, centímetros, salvaron a los uruguayos: Pipita Higuaín quedó adelantado en dos oportunidades y Kun Agüero en cuatro. Ahí nomás.
¿Y enfrente? Casi nada. Una tibia contra de Cavani que terminó con un remate forzado y un derechazo de Suárez fue lo más claro que construyó el equipo del Maestro Tabárez en ofensiva. Sólo eso. Ellos, más Diego Forlán, estuvieron más pendientes de ocupar posiciones defensivas que de lastimar. Dos datos: 1) en el primer tiempo Cavani jugó de 3 bis; y 2) antes de la apertura del marcador, Suárez intentó sorprender a Romero desde la mitad de la cancha.
Después de un pequeño segmento de dudas y de fricción, vino la ráfaga argentina. En apenas menos de un cuarto de hora lo golpeó por triplicado para treparse nuevamente a la punta y, por qué no, para “vengarse” de aquella dolorosa eliminación de la Copa América en Santa Fe. Y golpeó con esta secuencia:
1) Higuaín arrancó la jugada en el lugar de Messi. Messi abrió para Di María en el lugar de Agüero. El volante, que allá juega por derecha y acá por izquierda, sacó un centro rasante para la eléctrica entrada de Messi. Gol. Desahogo.
2) Uruguay casi no llegaba al área mientras Argentina mantenía su voracidad ofensiva. Messi habilitó a lo Messi a Di María y el rosarino metió un centro certero para Agüero que estaba de 9, en la posición que habitualmente merodea Higuaín. Toque suave y gol. Y listo. A pensar en Chile.
3) Pero no, faltaba una perla más. Messi acarició la pelota y engañó al mundo entero para el tercero. Quedó claro anoche frente a la cordillera: delantera hay (hubo) una sola.