Independiente 2 - 1 Liverpool (Uruguay) - Copa Sudamericana 2012
VENCIÓ 2-1 A LIVERPOOL Y VA CON UNA MÍNIMA VENTAJA A LA REVANCHA DEL 25 DE OCTUBRE
Independiente, por fin, cantó victoria y logró un desahogo
Fue el primer triunfo con Gallego como entrenador. Así, rompió una racha negativa de 17 partidos sin ganar. Los goles fueron convertidos por Vargas y Rosales. Y descontó Núñez.Cosas de Independiente. A pesar de todo, puede ser Rey por una noche de Copas . Y hasta puede romper la peor de las rachas, esa que parecía inquebrantable, la de los malditos 17 partidos sin triunfos. Sí, así es Independiente. Bajo el cielo del Libertadores de América, le ganó a Liverpool de Uruguay por la Copa Sudamericana. Y le ganó bien, con autoridad, con una grata sensación nueva que dejó esta primera victoria del tercer ciclo de Américo Gallego.Lo sabía Independiente antes de comenzar esta serie de los octavos de final: esta competición internacional no era la prioridad. Así lo contaban las circunstancias, que lo tienen mirando esa tabla del revés , la de los promedios del fútbol argentino, que lo tienen como el último. Pero también hay una verdad que señala la historia: el Rey de Copas puede hacer magia en el ámbito internacional incluso frente al peor de los escenarios.
De repente, el equipo de Gallego se despojó de las tensiones que lo mantenían preso de sí mismo. Jugó sin algunos titulares frecuentes y, sobre todo, sin presiones. Y así consiguió un rendimiento mejor que el que venía teniendo: fue protagonista, desequilibró, generó llegadas claras, convirtió.
Es cierto, fue clave en esa tranquilidad el grito inaugural, ese gol que puso en ventaja a Independiente y que deshizo las ansiedades: buena jugada por la izquierda de Patricio Vidal, centro atrás, un amago de Lucas Villafañez para dejarla pasar, remate de Fabián Vargas, rebote en Lucas Tamareo y festejo en Avellaneda.
Ese gol fue un impulso. Independiente siguió yendo. Con el dúo Vargas-Zapata como principio de cada avance; con el trío Villafañez-Rosales-Mancuello como recursos principales para generar espacios y llegadas y con el movedizo Vidal allá arriba, como socio inevitable. El 4-2-3-1 -parece- será el diseño táctico de cabecera del entrenador en esta etapa. Son indicios que va encontrando en el camino. Ensayo y error. No le queda otra. Y dentro de esa búsqueda, ayer dio un par de pasos: encontró variantes individuales y cierto rendimiento colectivo. Le falta corregir muchas cosas, claro. Pero hay señales positivas para empezar a creer.
El principal aspecto a corregir tiene que ver con lo defensivo. También anoche, por momentos, padeció. No brindó garantías de seguridad cuando la pelota superaba la línea de los dos mediocampistas centrales. Por eso, sobre todo en el último cuarto de hora del primer tiempo, Liverpool lo complicó y hasta coqueteó con el empate.
Pero tuvo otra virtud Independiente: esta vez sí golpeó en los momentos importantes. No lo dejó crecer ni creer a Liverpool. En la primera llegada a fondo del segundo tiempo, a los tres minutos, Paulo Rosales definió de manera impecable una buena jugada colectiva. Dos a cero. Y más calma para todo esa gente que, con su presencia, demostró que esta Copa no deja de ser una tentación. Y más todavía considerando que hasta puede conducir a la Libertadores, ese idilio histórico. Lastimó un poco el entusiasmo el descuento de Carlos Núñez. Sin embargo, al menos por un rato, Independiente volvió a sentir que el Rey de Copas está ahí, intacto. También para seguir dando pelea en nombre de continuar en Primera.