Boca 3 - 3 Independiente - Copa Sudamericana 2012

SI EN LA REVANCHA, EL MIÉRCOLES, HAY EMPATE DEFINIRÁN LOS GOLES DE VISITANTE, UNA VENTAJA PARA LOS DE AVELLANEDA TRAS EL 3-3

Independiente otra vez hizo sufrir a Boca en la Bombonera

En el 5-4 del Clausura se lo había dado vuelta con dos goles agónicos de Farías. Ahora le levantó tres veces el resultado y se lo empató con un penal del Tecla en el último minuto.

A Boca y a Independiente se les puede hacer cualquier tipo de reproches, pero coinciden en una dulce virtud: les sobra memoria. Apenas se cruzan, agitan los recuerdos y regalan historias cautivantes, con epílogos repletos de incertidumbres y sorpresas. Así entregan un 5-4 como el de hace casi seis meses, dibujado sobre la hora y festejado hasta el éxtasis por Independiente y Farías. Así, en el próximo encuentro, anoche, apretan replay con otro partidazo, con un 3-3 sellado y gozado también sobre el final por los de Avellaneda y por el Tecla. Este Boca - Independiente, al cabo, fue otro lindo cuento que oxigena, aunque sea por 90 minutos, a un fútbol argentino vacío de fantasías, inundado por los miedos a jugar y por las obediencias a los entrenadores.

Boca concluyó aplaudido, pero repleto de bronca, percibiendo que dejó escapar la victoria dos veces. No la redondeó 11 contra 11, en el primer tiempo, ante un Independiente desbordado por las flaquezas y las lentitudes, con errores individuales inadmisibles. En uno de ellos, Galeano se enredó, pifió y puso a Silva de cara al 1 a 0. Después, solo, sin marcas, en el área chica, Blandi cabeceó a las manos de Navarro. Sánchez Miño hacía siempre lo correcto. Chávez elegía los lugares más convenientes para moverse. Somoza presionaba.

Boca era más, pero no lo definía. Y si eso pasa, el rival tiene vida y el empate es posible. D’Angelo se lo tapó abajo a Rosales, pero no pudo con Santana, quien anticipó en el 1-1 a Schiavi, tras buen centro de Vidal, única luz de esperanza roja en esa etapa inicial. Si hay respuesta rápida, como ese misil de Somoza para el 2-1, no es grave. Aunque vuelve a complicarse si D’Angelo, de varias tapadas colosales, sale mal una vez y Rosales con un globo no lo perdona y clava el 2-2.

Se lamenta Boca porque, tras la justa expulsión de Schiavi (Loustau hizo lo que ignoró Vigliano ante All Boys), con uno menos igual fue más, pasó a ganar, pero tampoco lo supo aguantar. A Boca les sumaron los ingresos de los debutantes Albín y Acosta para rearmar la defensa y ganar velocidad en el contraataque. A Independiente le restó la salida del más desequilibrante: Vidal.

Por la presencia y la búsqueda de Boca no se notaba la diferencia numérica. Ya no había mediocampo. Estaba roto el partido. Farías hizo volar a D’Angelo. Clemente no definió un mano a mano. El Tecla cabeceó y D’Angelo construyó una atajada de colección. Sánchez Miño redondeó una producción para que Sabella agende con un tiro libre a un ángulo en el 3-2. El travesaño y D’Angelo le negaron el empate a Farías y a Ferreyra en una misma jugada. Tula se lo sacó a Silva. Y Clemente cometió un penal de principiante para que Farías alivie a Cristian Díaz por lo menos hasta el sábado. ¿No podrán jugar más seguido Boca e Independiente?