Argentina 4 - 3 Brasil - Amistoso Internacional 2012
DE LA MANO DE SU MAXIMA FIGURA LA SELECCIÓN DIO VUELTA EL RESULTADO DOS VECES Y SE QUEDO CON EL CLASICO SUDAMERICANO
Un Messi brillante, un gran triunfo y algunas dudas
El DT Sabel a tomó muchas precauciones y eso le quitó elaboración. Pero claro, jugó Leo.
Homero no lo toleraba. "¡Me aburro, Marge!" gritaba exasperado en la tribuna, el día que la familia Simpson fue al fútbol. Algo de eso sufrió la multitud en los primeros 20 minutos de partido, hasta que el gol de Rómulo despertó a todos. Después apareció Messi. Si Homero hubiera estado en el MetLife, ahora podría pensar que el fútbol es bello.Es bello cuando hay intención de sostener la esencia, aún en el nivel más alto de competencia, que es el juego. Argentina no piensa en eso, piensa en ganar. Y gana, con contundencia y hasta con espectacularidad porque entre los suyos juega Messi, quien rompe cualquier presunción, hasta las que elaboró su propio entrenador. La Selección no juega y no porque no tenga intérpretes sino porque en el concepto del técnico, la elaboración de juego es sólo una herramienta más, no la principal.
Es por eso que aparece siempre el nombre de Riquelme, ya más una bandera que un reclamo. Cuando se pide por Riquelme, lo que se pide es juego, no necesariamente su presencia, que poco podría aportar si, como en largos pasajes del partido de ayer, cuando la pelota sale del fondo nadie se ofrece para recibirla, se ve a mucha gente de espalda al portador, quien, invariablemente debe recurrir al pelotazo. También es absurda la discusión sobre los tres puntas porque por más que estén Messi, Higuaín y Agüero, si de atrás la pelota viene a las trompadas, están condenados a resolver sólo entre ellos, a esperar el error del rival.
La Selección arrancó con el clásico 4-4-2 pero con posiciones cambiadas. Zabaleta y Sosa a la izquierda y Clemente y Di María a la derecha. Sabella explicó que fue para evitar la disparidad física entre Clemente y Hulk. Pero a los 10 cambió y Zabaleta y Clemente fueron a sus posiciones naturales. Y cinco minutos después intercambió las posiciones entre Di María y Zabaleta. Ni antes había solucionado la amenaza que insinuaba Hulk, ni después pudo resolver el problema que le planteaba Brasil con un sistema flexible del medio en adelante. Un doble pivot Rómulo-Sandro, casi siempre cara a cara con Mascherano-Gago; Damiao bien de punta y Neymar-Oscar como la clave de esa felixibilizacion. A veces uno iba de punta, a veces uno se abría a la izquierda y el doble cinco argentino no daba abasto para contenerlos, sin auxilio adecuado de Sosa y Di María.
Lo central, es que todos esos movimientos y modificaciones fueron pensados para contener a Brasil, nunca para agredirlo. Eso es clave, eso es en lo que nadie escarbará porque la soberbia actuación de Messi, el mérito indudable de haber dado vuelta el marcador dos veces y el resultado final, borrarán todo. Algo parecido ocurrió con el 4-0 a Ecuador y con el 2-1 a Colombia, donde se logró el gol del triunfo en el momento que se estaba por apostar al empate con el cambio Gago por Higuaín. Otra vez el enorme árbol del resultado tapa el bosque frondoso. No dan garantías los centrales Garay y Fernández; se cometen faltas infantiles (primer gol de Brasil); se reciben dos goles de pelota parada; el arquero pasa de ser figura a regalar el partido; los que acompañan no siempre están a la altura de Messi. Pero gual se celebra el triunfo histórico, aunque haya sido con poquito de juego.