Fluminense (Brasil) vs. Boca - Copa Libertadores 2012
LOS HINCHAS DE FLUMINENSE PREPARAN UN RECIBIMIENTO HOSTIL PARA EL EQUIPO DE FALCIONI
Boca visita al Flu con la idea fija: los de afuera son de palo
Les quieren meter presión a Riquelme y Cía. A las 19.30, por un lugar en las semis de la Libertadores.
Boca es el equipo que vive en el cielo. Se mantiene al frente del Clausura y sigue en la Copa Argentina. Además, trajo en su maleta a Brasil el 1 a 0 de la ida. Claro, mientras tanto Fluminense prepara una recepción áspera para Juan Román Riquelme y compañía. Quieren desatar un infierno en el estadio Engenhao.En Río de Janeiro, el partido se plantea desde todas las tribunas como una “cuestión de Estado”. La hinchada de Fluminense prepara un recibimiento hostil para la llegada de la delegación de Boca al partido. “Será un pasillo fatal”, asegura Thiago (21), un hincha del Flu que camina en ojotas por la costa de Barra de Tijuca. “Creo que el partido también se puede ganar desde las tribunas”, comenta Alex, un pibe de 19 que todavía mira impresionado al micro de Boca que acaba de llegar.
En las redes sociales, la idea de molestar al visitante se extendió rápidamente. Aunque aclararon que la idea era hacerlo “sin violencia”. La pregunta de los hinchas brasileños era por Juan Román Riquelme. “¿Juega?”, expresó Marcelo, un camarero de 40 años. Ante la respuesta afirmativa, se lamentó: “Va a ser difícil, entonces”.
Mientras tanto, Julio César Falcioni armó su búnker en el hotel Sheraton de Barra de Tijuca.La particularidad llegó cuando el plantel ingresaba al hotel. De fondo, en un televisor, se podía ver la repetición de la igualdad entre River y Guillermo Brown del sábado. En lo interno, la idea fue clara de modo de mantener el perfil bajo y aguardar por el partido con todos los soldados listos. Por eso, ni bien Boca bajó del vuelo charter que lo traía desde Buenos Aires, la orden fue la de descansar. Luego del almuerzo, los jugadores durmieron una larga siesta. Tan extensa fue que incluso hizo que el micro para salir al entrenamiento se demorara hasta pasadas las 19.
El entrenador vivió la jornada de café en café. La tarde lo tuvo en una charla de varias horas con el presidente Daniel Angelici. Cuentan que allí hubo ideas optimistas de la máxima autoridad del club. El técnico fue algo más cauteloso y no se relajó de cara al partido ni en la intimidad de la mesa montada en la vereda del hotel.
El entrenamiento en el estadio Joao Havelange tuvo otra particularidad de las que Fluminense preparó para Boca. Los futbolistas argentinos solamente pudieron pisar el campo de juego. La práctica debió hacerse en una cancha auxiliar ya que el Flu no permitió que se hiciera en el césped en el que se disputará el partido de hoy.
En suma, se sabe que hoy en la cancha se vivirá una final anticipada. Fluminense agotó ayer las 35.500 localidades que le fueron asignadas. Boca vendió buena parte de las 4.500 que le suministraron. Se espera una buena cantidad de hinchas desde Buenos Aires en los vuelos de hoy.
Se cambió el árbitro. Iba a dirigir el uruguayo Silvera, al final fue designado el chileno Ossés. Boca intenta aislarse. Fluminense quiere intimidar con la presión del contorno. La pulseada copera está planteada.