Fluminense (Brasil) 1 - 1 Boca - Copa Libertadores 2012
Boca
Con toda la fortuna a favor
Gana, o le alcanza con empatar, hasta cuando no lo merece. Fue superado por Fluminense, y había hecho poco por igualar un partido que obligaba a definir por penales pero en el minuto 90 aparecieron Riquelme, Rivero y Silva...Boca es ese equipo que aún en sus peores noches, cuando parece que todo le sale mal y no hay señales de inspiración, siempre rescata un as de la manga. Cuando todos los signos lo mandan a otro lado, surge la mística, o como se lo quiera llamar. También Boca, entre otras cosas, respeta una historia. Y en la Copa Libertadores mantiene la costumbre de ser igual a 10 + 9: a Riquelme y ahora a Silva... Por esas razones, entre otras, ya se ubicó en las semifinales de la Libertadores este Boca. Y ahora espera rival.Se iba el partido a los penales. Parecía irremediable. Pero Román, quien no había logrado imponerse nunca en el juego, tras recibir de Mouche metió un pase bárbaro a la derecha. Rivero lo recepcionó, encaró y pateó. Cavalieri la tocó, dio en el palo y la volvió a sacar el arquero. Y Silva, quien había perdido siempre y ni siquiera se había acercado al gol, llegó para empujarla.
En el minuto 90, el gol lo empezó el 10 y lo terminó el 9... Por todo lo que insistió en la Bombonera, Boca mereció la clasificación. Además, aquí, aunque debió perder, tampoco fue bombardeado por Fluminense, al que le costó generar chances claras. Para sostener el 1-0 conseguido en Buenos Aires, la receta de Falcioni pasaba por cortarle el circuito ofensivo a Fluminense y por ubicar en algún momento a Silva o a Cvitanich mano a mano con los marcadores centrales locales, que en la visita aquí por la fase de grupos habían mostrado debilidades.
Acostumbrado a acomodar los desarrollos a su gusto, esta vez a Boca lo manejaron en los 45 minutos iniciales. Lo hizo Fluminense con las proyecciones continuas de los marcadores laterales, con vértigo y presión ofensiva, pero generando escasas situaciones de peligro. Y en eso tuvieron que ver Schiavi e Insaurralde en muchos despejes. Y también Roncaglia, quien por ejemplo cerró justo a Thiago Neves en una contra que lo ubicaba cara a cara con Orion.
Esa gran salvada de Roncaglia llegó cuando Boca ya perdía por un tiro libre de Carleto que se desvió en Rivero, hizo una parábola rara y se metió contra un palo, ante un Orion con escasa reacción, apenas gateando y mirando... Boca se acercó apenas con un cabezazo forzado y desviado de Roncaglia, tras un tiro libre de Riquelme. Y punto. Román nunca pudo encontrar la pelota para adaptar el partido a los tiempos pretendidos por Boca.
No lo dejaron recibir cómodo ni ponerse de frente al campo rival. Por eso la tocó casi siempre de la mitad de la cancha hacia atrás y sus pases también fueron en retroceso, muchos a Erbes, uno de los que más falló con la pelota, además de con Thiago Neves, que se tiraba atrás. Encima Rivero y Erviti padecían por las subidas de los marcadores laterales.
Nada cambió demasiado en el segundo tiempo, aunque Boca no estuvo tan asfixiado y al menos contó con varios corners y tiros libres. De esos envíos aéreos asustó sólo en uno, en ese que Schiavi cabeceó afuera. La presión de Fluminense fue menor, pero igual hasta los 10 minutos finales parecía más cerca del segundo que Boca del empate. Sobis tocó afuera un centro de Thiago Neves. El propio Thiago Neves sacudió las manos de Orion con un remate desde una posición cerrada. Y Moura, en inmejorable situación, demoró un tiro que finalmente Schiavi sacó en la línea.
Falcioni apeló a Mouche, promediando el segundo tiempo, en lugar de Cvitanich. Y el zurdo, sin desequilibrar, oxigenó. Más tarde, entró Sánchez Miño por Erbes para clarificar el medio. Braga metió al rapidito Wellington Nem. Aunque surgían algunos huecos para Riquelme, nada cambiaba. Hasta que Boca impuso su fórmula feliz: 10 + 9, o 19, que es el resultado de la suma de las funciones de Román y del Tanque, y también es el número de camiseta de Silva.