Lanús 6 - 0 Olimpia (Paraguay) - Copa Libertadores 2012
LE GANO 6-0 A OLIMPIA DE PARAGUAY Y QUEDO MUY COMODO EN LA CIMA DEL GRUPO 2
Lanús armó la fiesta del gol
Los tantos fueron de Pavone (2), Valeri, Camoranesi, Regueiro y Romero. Hoy, 21.50, Emelec-Flamengo.
El gran partido de Lanús en el 2012 llegó justo justo la noche que más lo necesitaba. Al fin, y de una vez por todas, convergieron al mismo tiempo los goles de Pavone, la conducción de Valeri, la explosión de Regueiro, la experiencia de Camoranesi para jugar intenso por las cosas que valen, el equilibrio de Fritzler en la mitad de la cancha y la eficiencia de Goltz para imponer condiciones en el juego aéreo. Generosa y lucida producción granate para envasar con formato de goleada su estampa de cómodo puntero y futuro clasificado.Media hora le alcanzó al equipo de Schurrer para enderezar, en apariencia definitivamente, su rumbo en la Copa. Segundos menos del minuto 30, con segmentos de buen juego y la contundencia que le está faltando en el Clausura -ocupa la última posición- que fue la causante de la rápida eliminación en la Copa Argentina alcanzaron para destrozar las buenas intenciones de Olimpia.
El buen arranque de los paraguayos fue quebrado, a los 11 minutos, por un estremecedor derechazo de Valeri, que disparó con sensación de gol y la pelota rebotó en un poste. Pero dos minutos después llegó la apertura del marcador. Regueiro metió el centro de la muerte para Pavone y al Tanque, con un anticipo de goleador, no le hizo falta más que un toque para gritar el primero. A los paraguayos se les derritió así, de golpe, la jerarquía para jugar del colombiano Marín y el uruguayo Orteman. De paso, Zeballos y Luis Caballero dejaron de incomodar a Goltz y Braghieri porque en la mitad crecieron Fritzler y Pizarro, con quite y distribución.
Cuando Olimpia parecía que empezaba a salir del ahogo, Camoranesi, de cabeza, hizo su primer gol en Lanús y dejó al Granate al borde de la clasificación para la segunda ronda. La etapa complementaria sirvió únicamente para que Lanús terminara de demoler a un oponente que, al menos anoche, no dio la talla mínima para aspirar a más en esta Copa Libertadores. Cuando Pavone se encontró con la pelota en el final su sabia diagonal y le cruzó el disparo a Silva, listo, a otra cosa, se terminó la competencia. El escenario se instaló definitivamente en la frecuencia de dominado y dominador. De dos equipos que habitaban en niveles diferentes.
Por eso Regueiro disfrutó de todas la libertades imaginables para el 4-0 y Valeri, desde lejos, clavó su derechazo. Hasta Romero, donde un rato antes gobernaba Pavone, se dio le gustito de convertir el suyo para cantar bingo. Después, y cuánto vale esta vez el después, La Fortaleza fue una fiesta de toques y oles. Es que Lanús estaba urgido de un gran día y justo en esta noche de abril se encendieron todas las luces y brilló. De un modo estupendo.