Lanús 1 - 0 Emelec (Ecuador) - Copa Libertadores 2012

EL EQUIPO DE SCHURRER FUE AMPLIAMENTE SUPERIOR A EMELEC PERO LE COSTO QUEBRAR LA RESISTENCIA DEL BUEN ARQUERO DREER

Apareció Pavone cuando a Lanús se le venía la noche

Jugó con uno más desde los 36 minutos del primer tiempo. Valeri estrelló dos remates en los palos.

La eficacia goleadora de Mariano Pavone le permitió a Lanús mantener su ilusión en esta Copa Libertadores, que no había tenido un buen comienzo para los granates. Anoche, el equipo de Gabriel Schurrer fue ampliamente superior a un modesto Emelec y elaboró más de una docena de situaciones de riesgo; sin embargo reiteró una falencia de estos últimos tiempos: las fallas en la definición.

Esta vez, además de la falta de puntería y la precisión en la puntada final, hubo otros motivos. Como la brillante tarea del arquero argentino Esteban Dreer, que tuvo una actuación muy destacada. Y también puede hablarse de mala fortuna, ya que en el primer tiempo y con una diferencia de dos minutos, dos derechazos de Diego Valeri se estrellaron en los palos.

Faltando menos de 20 minutos para la finalización del partido que amagaba con tener el destino final de un empate sin goles -por un Lanús que no podía y un Emelec inoperante en ataque más alla de la voluntad del argentino Luciano Figueroa-, Valeri habilitó a Pavone y el 9, con un derechazo seco, consiguió lo que asomaba como imposible: doblegar a Dreer. Y ahí soltó la esperanza de Lanús.

Empezó complicado el local. Emelec se mostró sólido de entrada y cubrió bien los espacios. Tardó veinte minutos el equipo del cuestionado Schurrer en acomodarse y reaccionar. Cuando lo hizo, y empezó a funcionar su circuito de juego, fue avasallante.

Y si no llegó al gol fue por los méritos de Dreer o por los postes. El arquero de Emelec le tapó un mano a mano tremendo a Regueiro, un remate complicado a Camoranesi y un tiro libre a Regueiro que llevaba mucha pimienta... En otra acción Pavone encaró directo al arco y José Luis Quiñonez lo derribó con una infracción que motivó su expulsión por último recurso.

Valeri fue, una vez más, el más lúcido y generó el mejor fútbol del partido. Movedizo y dinámico, además de estrellar los dos tiros en los palos. Y resultó, también, productiva la sociedad por izquierda. Por ese sector desequilibraba Lanús, con las proyecciones de Balbi, juntándose con Regueiro y Camoranesi, cuando se tiraba a esa zona.

Y desde ahí abastecían a Pavone. En el segundo tiempo se intensificó el dominio de Lanús. El juego vertical continuaba, pero el arco de Emelec seguía cerrado. Fueron importantes los ingresos de Romero y Ledesma. Insistía Lanús, presionaba, arrimaba acción al área ecuatoriana. Hasta que apareció Pavone y demostró que no todo estaba perdido y le dio a su equipo el impulso que necesitaba para seguir creyendo.