Olimpia (Paraguay) 0 - 0 Arsenal
METIO DOS REMATES EN LOS PALOS PERO EMPATO SIN GOLES CON OLIMPIA
Arsenal, con su manual de estilo
Con su pequeño libro de hojas ajadas llegó Arsenal a Paraguay y se llevó un punto que sabe a tres. Por el partido de ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana, el equipo del Viaducto igualó 0 a 0 ante Olimpia y quedó bien posicionado para el partido de vuelta, el 28 de octubre en Sarandí. El manual de estilo de Arsenal permaneció intacto.Su premisa -tan remanida como efectiva- de cederle la pelota al rival y hacerse fuerte desde el contraataque volvió a ser la clave de su funcionamiento. Sin embargo, en el amanecer del partido, las confusiones de la línea defensiva conspiraron contra su plan. Por unos instantes, la fortaleza del equipo argentino se vio vulnerada. En menos de diez minutos, el gol sedujo el arco de Cristian Campestrini por partida doble. A los siete, Damián Pérez no pudo rechazar de cabeza un envío de tiro libre de Vladimir Marín y Nájera falló en la soledad del área chica.
Dos minutos después, y tras un centro desde la izquierda de Ariosa, Lisandro López peinó de cabeza y Sergio Orteman, solo frente al arquero, remató por arriba del travesaño. Pasados los sacudones, el equipo de Sarandí pudo anclarse en tierra, comenzó a crecer y casi abre el marcador a los 11 minutos: Romero cabeceó en contra de su propio arco y producto de la elasticidad de Silva y la complicidad del travesaño no fue gol. Luego, la monotonía. Arsenal se replegó y desatendió la faz ofensiva. Y Olimpia, que monopolizó la pelota hasta dormirla, se mostró falto de ideas para llegar con peligr. Todo se redujo a los intentos individuales de Marín.
La clave del complemento estuvo en el descanso. Allí, Arsenal hojeó las páginas de su manual y recobró la memoria: ató a su rival y lo usó de marioneta. Cedió pelota y el territorio, hizo que se desarme Olimpia y explotó sus armas principales: el contraataque y la pelota parada. Lo pudo ganar Aguirre a los 10 minutos tras una apilada por la izquierda, y un remate cruzado que se fue besando el palo derecho. Damián Pérez lo tuvo de cabeza, 20 minutos después, pero se lo negó el otro poste e, instantes después, fue nuevamente el arquero el que se quedó con la victoria en sus manos, tras un tiro libre de Adrián González. Así se fue el partido, con un cero merecido pero que al equipo argentino le dejó un gustito dulce para la vuelta.