Liga de Quito 2 - 0 Independiente
AGUANTO LOS PRIMEROS 25 MINUTOS AUNQUE DESPUES LIGA LE METIO DOS GOLPES, AL FINAL Y AL PRINCIPIO DE CADA ETAPA
Independiente quedó herido pero aún no bajó la guardia
Paul Ambrosi y Bolaños, con un golazo, le dieron la ventaja a los ecuatorianos.
Independiente se fue lastimado pero con vida de Ecuador. Perdió 2-0 contra la Liga de Quito, pero todavía la serie está abierta. Sufrió, le costó, tropezó. Pero nada quedó resuelto en la Casa Blanca. Se sabía antes de llegar al aeropuerto Mariscal Sucre: no era una cita sencilla en una semana de esas que pueden definir recorridos, con el clásico ante Racing en el horizonte inmediato para determinar también cuál fue el costo de esta visita.No sólo era complicado por los 2.800 metros de la altura de la capital ecuatoriana sino también por esta Liga Deportiva Universitaria que parece capaz de todo en el último lustro (llegó a ser campeón de la Libertadores y subcampeón del Mundial de Clubes, entre otros éxitos internacionales). El caso de este equipo de Edgardo Bauza sirve como contracara de este Independiente al que le cuesta encontrar rumbo y recuperar protagonismo en los últimos años (en el ámbito local, por ejemplo, suma 17 torneos sin vueltas olímpicas): Liga es la continuidad de un proyecto; una base que se sostiene y se modifica sin perder la estructura.
Independiente, también en esta versión del breve ciclo de Ramón Díaz, es otra cosa: un equipo que siempre busca una identidad y que nunca la encuentra. Es cierto que en la altura de Quito ningún rival viene a jugar como si fuera el patio de su casa. Parece imposible en estos tiempos. El Rey de Copas hizo lo que suelen hacer casi todos: se refugió cerca de su arquero y procuró -cuando podía- salir de contraataque.
Con la línea de cinco defensores (Iván Vélez y Adrián Argachá, los laterales, se sumaron a los tres marcadores centrales) y con la idea de recortar espacios hacia atrás, Independiente consiguió hacer pie sin padecimientos durante los primeros 25 minutos. Tanto fue asi que la primera llegada a fondo estuvo en los pies de Marco Pérez, quien definió mal un mano a mano con Alexander Domínguez.
Hasta el final del primer tiempo tampoco hubo asedio de la Liga. Aunque generó un par de llegadas muy claras (una a través de Hernán Barcos y otra con Luis Bolaños, ambas bien resueltas por Hilario Navarro). Ya sobre el final, a los 42, ante la duda de Independiente en un lateral ajeno, Barcos (ex Racing y Huracán) construyó una jugada por la derecha y Paul Ambrosi (ex Rosario Central) definió ante el arquero.
En el inicio del segundo tiempo, sucedió otro golpe: a los 7, la Liga armó la mejor jugada colectiva del encuentro y Bolaños colgó su remate del ángulo izquierdo de Hilario. Dos a cero. Una diferencia como para encaminar la serie. Pero no para definirla... Lo que siguió fue un partido que la Liga quiso liquidar y no pudo. Le pasó casi lo mismo que al principio del encuentro: no encontró muchos resquicios para desequilibrar. Independiente, más allá de la desventaja, no se alejó de su plan inaugural: intentó no perder el orden y aprovechar los espacios que ocasionalmente dejaba el equipo local.
Pudo haber descontado, sobre el final, en una llegada -curiosamente- de Leonel Galeano en posición de nueve. Habría sido un gol relevante para acercar la clasificación. No pudo ser. Ahora, para pasar, tendrá que refundar la mística copera bajo el cielo de Avellaneda.