Estudiantes 0 - 0 Cerro Porteño (Paraguay)

EMPATARON 0-0 EN LA PLATA Y EL JUEVES QUE VIENE, EN ASUNCION, SE DEFINIRA EL PASAJE A CUARTOS DE FINAL

Estudiantes no pudo con la resistencia de Cerro Porteño

El equipo de Berizzo buscó mucho, pero con pocas ideas. Y el arquero Barreto, al cabo, fue la figura.

Viejo León americano, en su partido copero 104, Estudiantes no le encontró la vuelta a este partido de ida de los octavos de final de la Libertadores. No halló ni una sola grieta para perforar al granítico Cerro Porteño. Buscó Estudiantes; vaya si lo buscó. Pero sigue sin aparecer la brújula y, para colmo de males, la Bruja tampoco apareció. Y sin Verón, se sabe, Estudiantes no se parece al copero Estudiantes. Mereció mejor suerte, es verdad, pero todo terminó en cero.

Ahora habrá que ir a definir el pase a cuartos a Asunción, el jueves próximo. Cerro Porteño, que trabajó a destajo, se llevó un laborioso empate. Un poco, porque Estudiantes lleva 42 días sin victorias en este Estadio Ciudad de La Plata. Otro poco, por la gran actuación de Diego Barreto, el arquero, la figura, el máximo culpable del 0-0.

El sofocón que Estudiantes tenía previsto provocarle a Cerro no fue tal. Porque los paraguayos se adaptaron enseguida a las circunstancias del partido y lo fueron edificando a su medida. A la medida de Astrada, como cuando el Jefe aún lucía pantalones cortos: porque se dio un trámite áspero, luchado palmo a palmo y donde ni unos ni otros se regalaban nada.

Envalentonado por lo que había hecho en Chile contra Colo Colo (perdía 2-0 y lo dio vuelta), el equipo paraguayo recurrió a lo que mejor hace: cuidar cada centímetro del campo de juego con orden y dientes apretados, apelar al músculo y a la fricción cuanta vez hiciera falta y, pelota en su poder, avisar que no sólo sabe defenderse. Porque en estos primeros 45 minutos en los que al Estudiantes de Berizzo le costó enderezar el rumbo, Cerro también tuvo sus chances. Como ese cabezazo de Benítez que besó la parte superior del travesaño o esa jugada individual de Nanni que, tras sacarse de encima a Roncaglia, obligó a Orion a taparla.

Anoche, Berizzo armó el Estudiantes que más le gusta: un 4-4-2 en el que ingresaron Ré, Enzo Pérez y Rodrigo López. Fue RoRo el que tuvo la primera oportunidad, con una chilena espectacular que salvó Barreto. Enseguida, la bajó el uruguayo e increiblemente, Desábato se la sacó a Fede Fernández.

Parecía que Estudiantes, de a poco, empezaba a arrinconarlo. Cerro se veía obligado a faltas tácticas y de las otras, pero jamás se le fue de las manos el control del partido. Y ese fue el mérito de Villarreal, Fabbro, Nanni y compañía.

Pedro Benítez bajó a Barrientos sobre la línea y dio la impresión de ser penal, pero el árbitro brasileño Fagundes cobró tiro libre: le pegó el Pitu y Barreto la sacó con un manotazo notable. Verón, que había estado en duda durante los días previos, no lograba conectarse. Enzo Pérez se recostaba sobre la derecha pero lo vivían volteando. La Gata Fernández intentaba. Pero a nadie se le abría el camino.

El negocio siguió siendo paraguayo en el complemento: los locales recibían de espaldas y el gol nunca llegó. Verón se quedó sin nafta y salió dolorido, Barrientos se fue lesionado, Astrada perdió al movedizo Rodrigo Burgos por expulsión. Pero nada... Lo tuvo la Gata, aunque no logró meter el envío del Pitu. Y cuando Rodrigo López ganó de cabeza aparecieron las manos mágicas de Barreto.