Fluminense 2 - 2 Argentinos Juniors
EL EQUIPO ARGENTINO HIZO UN GRAN PARTIDO EN BRASIL, EMPATO, Y HASTA PUDO HABER GANADO
Argentinos volvió a la Copa con todas las luces
La vuelta después de 25 años no pudo ser mejor para Argentinos. Arrancó bien en el grupo 3.
Se llevó lo que fue a buscar y se pudo traer un poco más el equipo que dirige Pedro Troglio. Porque Argentinos consiguió un punto en su debut en la Copa Libertadores en un emocionante 2 a 2 frente a Fluminense y en Río de Janeiro. Nada mal para su presentación en este año 2011, nada mal para su regreso al trofeo sudamericano más importante tras 25 años, nada mal para un plantel que ya no tiene a su cerebro -Néstor Ortigoza-, pero que encontró en Franco Niell a un jugador capaz de anotar dos goles en la tierra de Pelé...Desde esa serenidad para salir a jugar su juego. Sin salir de un libreto claro, de manual -léase equipo brasileño ataca por los la terales- Argentinos puso todas sus fichas en la estrategia que armó su entrenador. El bloqueo por afuera, que Fluminense tenga que ir con Conca y compañía por el centro para terminar en el embudo. Y le salió, porque no sólo trato de defender el equipo que dirige Pedro Troglio. Cada vez que recuperó la pelota, fue veloz e intentó algo más, en cuotas, pero ambición al fin. En la primera clara, tras un centro de Santiago Salcedo desde la derecha, llegó el gol que el árbitro Carlos Torres no cobró: la pelota cruzó la línea antes del rechazo de André Luis luego de que entre Franco Niell y Gum la empujaran a la red. La acción, sin embargo, no fue tan discutida y no desvió al conjunto argentino de su camino.
El premio, claro, vino de la manera menos pensada. De un tiro libre que cayó en la cabeza de Niell (1,62 metro de altura) llegó la apertura del marcador, tras un rebote en el volante Diguinho. Y dos minutos más tarde, Santiago Gentiletti pudo poner el 2 a 0 antes de irse al entretiempo, pero su derechazo salió apenas afuera.
Una oportunidad que de concretarla pudo cambiar la historia de un partido que, en el segundo tiempo, tuvo una versión más fuerte de Fluminense. El equipo brasileño entendió el escenario y fue, con algo de fútbol y mucho empuje. Hasta que en una de las que no pudo Navarro, apareció un viejo conocido para los equipos argentinos: Rafael Moura, el mismo que para el Goiás puso en duda el título de Independiente en la final de la Sudamericana. El gol del grandote motivó aún más a su equipo y los laterales se soltaron, con esa confianza necesaria para armar cinco minutos de juego en el área de Argentinos. Pero, entre el arquero y el corazón, soplaron lo que pudo ser derrota.
Pero en este partido de lluvia con sol, cambiante, otra vez el conjunto de Troglio se cruzó con el camino de la victoria. Salcedo envió un centro perfecto al área y Niell, el chiquitito y de cabeza, puso el 2 a 1. Si algo faltaba para pensar en que un triunfo no era utopía era ese segundo gol en Brasil. Sin embargo, la ventaja de Argentinos duró hasta que apareció nuevamente el verdugo. Moura y 2 a 2. A esta altura, un juego tal vez inesperado desde los goles y con un ritmo -sobre todo en la parte final- que le da un valor más importante a la actuación de los de La Paternal.
Hasta el final, en alguna de las tantas corridas de Niell, Argentinos pudo ganar el partido. Se animó, porque observó fragilidades en su rival. Un Fluminense que poco tenía que ver con toda esa carta de presentación (el mejor jugador del fútbol brasileño, Darío Conca, y todo su fútbol). Sin presión, con pasión y esa cuota de inteligencia para aprovechar sus momentos. Así, los de Troglio se llevaron más que un punto. En definitiva, se llevaron una idea: se puede jugar en esta Copa.