Tigre tuvo un debut copero con fiesta ante San Lorenzo
CON GOLES DE MOREL Y OVIEDO, EL EQUIPO DE DIEGO CAGNA GANO 2-1 EN VICTORIA
Rivero descontó en el primer tiempo, pero el visitante no pudo igualar. Otra roja para Juan Manuel Torres.
Los sueños de Victoria eran humildes hace un par de años, casi terrenales. Con los pies sobre esta tierra de Matadores, la ilusión era pegar el zarpazo en Primera. Pero tan lejos llegó este Tigre que su rugido cruzó la frontera. Y anoche no podía ser mejor su debut internacional. En el duelo azulgrana, en la vuelta del fútbol, venció a un San Lorenzo que genera expectativa por sus refuerzos pero, a la vez, un montón de interrogantes. El consuelo en Boedo es ese gol de visitante que tiene valor a la hora de jugar la revancha.¿Habrá sido por el tiempo que no jugaba por los puntos en serio? ¿Qué se le cruzó por la cabeza a Gastón Aguirre cuando le regaló la pelota a Carlos Luna, casi en el mismísimo arranque del partido? Migliore se la había entregado en la puerta del área, dócil, mansita. Pero, literalmente, el zaguero se la puso en el pie al Chino. Rápido, el delantero habilitó a Martín Morel y el enganche aprovechó la cadena de infortunios: su remate rozó en el botín derecho de Bianchi Arce y descolocó al arquero debutante.
Fue una fatalidad de principiante la del defensor y contagió al resto. Porque los nervios se apoderaron del equipo de Diego Simeone. Y Tigre lo remató con una jugada tan veloz como precisa: Luna abrió para Giménez, el toque llegó a Morel, el "10" desbordó y metió un pase rasante para la entrada de Lucas Oviedo, a la carrera. Y su bombazo terminó por vencer a Migliore. Otra vez.Fueron ocho minutos tremendos para San Lorenzo, tantos como gloriosos resultaron para Tigre. Y la clave de ese comienzo de furia estuvo en los buenos pies de Morel. Ni siquiera se percibió esa inactividad que lo alejó de los campos durante el primer semestre. Y fue el eje del juego. Pero, además, contó con gente dispuesta a las sociedades. Oviedo, por derecha, y Giménez, por izquierda, fueron letales. En especial, el tucumano. Es que por su sector, Aureliano Torres no podía solo. Porque Fabián Bordagaray tenía puesto el foco en el arco de Daniel Islas y muy poco se preocupaba por la marca.
Lo mismo le sucedía del otro lado a Pablo Pintos, cuya vocación ofensiva conspiraba contra sus intenciones defensivas. Y en el medio de ese descalabro, Cristian Leiva no estaba claro en los pases y Chaco Torres era desprolijo.Y sufría San Lorenzo que, de todos modos, pudo equilibrar el juego. Con el empuje de Gonzalo Bergessio y algún pelotazo providencial logró golpear el organizado planteo de Tigre. De hecho, debió haber terminado el primer tiempo con un hombre más. Pero Beligoy, erróneamente, consideró que el empujón de San Román a Bordagaray no era el último recurso. Pero el volante estaba a punto de quedar cara a cara con el arquero. Era expulsión, sin dudas. Y su tiro libre besó el travesaño.
Así, descontó Rivero con un zapatazo cruzado tras una buena proyección de Pintos. Y casi hace el gol del empate en el segundo tiempo, pero su derechazo de media distancia fue tapado por Islas. Pero fue Tigre el que siempre estuvo más cerca. Incluso antes de aquella arremetida del Burrito bien resuelta por el número uno local. Casi aumenta Luna, tras un desborde de Oviedo. Sin embargo, Migliore estaba súper atento para rechazar con su guante derecho. Y Tigre siguió manejando la pelota. Hasta el primer cuarto de hora del segundo tiempo, claro. Entonces, San Lorenzo mejoró. Pero no fue profundo. Y Chaco Torres volvió a mostrar una conducta irresponsable por un planchazo a San Román. Y ganó Tigre, al cabo, en su bautismo internacional.