Supongo que ya nadie suspenderá el partido entre Vélez y Huracán.
Hacerlo mataría más gente de angustia y ansiedad que la gripe A. Por eso, y sin entrar en la psicosis (1), creo que habría que tomar algunos recaudos para no tener que preocuparnos si el lunes Paolo Goltz amanece con 37,9° de temperatura o si a Roberto Nanni los mocos lo obligan a hablar sin pronunciar la "eme".
- El árbitro evitará realizar el sorteo con una moneda que nadie sabe quién la anduvo tocando antes. En su reemplazo, pensará en un número del 1 al 10, se lo dirá en secreto al banderín solferino y el capitán que adivine, elegirá arco o saque.
- La tos será penada con un tiro libre indirecto. Tos con intención dentro del área será penal. Tos reitereda, roja y una receta para comprar urgente oseltamivir en cualquiera de sus presentaciones comerciales.
- Los alcanzapelotas, además de su magna tarea, deberán realizar una extra: llevar un morral o una riñonera cargada con frasquitos de alcohol en gel para proveer a los jugadores cada vez que uno deba hacer un lateral.
- No podrá haber marcas personales a menos de un metro de distancia. Se aconsejará disponer a los jugadores de manera similar al metegol.
- Si se detecta un caso de gripe A, toda la línea a la que pertenece el jugador será puesta en cuarentena. Será un problema para Huracán, que juega con muchos volantes, si le pasa algo a Leandro Díaz porque deberían salir también Bolatti, Toranzo y Pastore.
- Si un jugador hace un gol, que evite dedicárselo a su esposa besándose el anillo salvo que el anillo haya sido esterilizado previamente.
- Y como medidas complementarias, propongo que los jugadores eviten cabecear porque la Organización Mundial de la Salud ya advirtió que es el segundo motivo de contagio de pediculosis detrás de la poca atención de niños en el uso de gorros rituales (2) en las sinagogas.
- Sobre todo porque aquí no tenemos a ningún desquiciado que se disfraza de su propia madre y mata gente en una ducha.
- La kipá, según me explicó el ruso Abramovich.
